Mostrando entradas con la etiqueta Textos para pensar. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Textos para pensar. Mostrar todas las entradas

viernes, 7 de febrero de 2014

Autofilmación

Me filmé durmiendo, como si estuviera loco. Curiosamente puedo decir que esta vez no fue en vano mi autofilmación. Noté cómo me revolvía en las sábanas, sin saber (evidentemente) dónde terminar. Noté cómo mi cuerpo se deslizaba en ese colchón roto. Percibí cuasi telepáticamente cómo se había desarrollado mi sueño. Noté que ni siquiera había tenido frío, no sé cómo lo hice, pero lo noté: simplemente me di cuenta. Entonces me enteré que a esa hora, a esa específica hora, a esa rara hora me había quedado quieto. Sin hacer ruido, sin chistar, sin gritar, sin gemir, ¡sin sufrir más!.

viernes, 31 de enero de 2014

Dadi Ruges

Dadi Ruges también era especial, cuando él venía todo se hacía llevadero. Siempre estaba ahí pero nadie lo veía; era como un superhéroe invisible. Lo llamábamos así por inercia o quizá porque en la escuela nos habían enseñado que así le decían y punto. ¡Quién sabe! eran ideas que nos inculcaba el inconsciente colectivo, y que resultaría muy difícil (a la larga) tirarlas a la basura. No sé. Nunca lo vimos, nunca lo identificamos entre la multitud, pero siempre supimos que ahí estaba. Ciertamente nos sentíamos felices y cómodos con él.

Ahora lo extraño, hace ya mucho tiempo que no lo veo, hace ya mucho tiempo que oigo hablar de él como un ser perdido, desaparecido. En los periódicos, en la radio, en la televisión aparece siempre, en realidad aparece su nombre: nunca él. Y ya sabes, no aparece porque es invisible: sólo lo percibimos, sólo sabemos cuándo está y cuándo no está.

Al principio no me percaté de su ausencia. Por suerte en mi barrio no lo necesitábamos. Pero más tarde empecé a escuchar que mis amigos hablaban entre ellos. Ellos me contaban que estaba afuera, que nunca volvía, que se había ido de Argentina, que simplemente se había marchado. Al principio no me importó nada, pero pasaron unos días y me empecé a preocupar. No lloré, todavía no lo extrañaba.

Sabía que pronto lo iba a extrañar. Nunca había sido un gran amigo mío. Yo tenía otros amigos, pero él siempre estaba ahí, preguntando si podía visitarme: nunca fallaba.

No sé que le pasó, tal vez se cansó de nosotros: se fue. Tal vez murió, espero que no, le decían "el corazón del pueblo". Por lo menos la gente que confiaba en él.
Siento lástima por ellos, siento pena por él.

Ahora lo quiero, me doy cuenta de su ausencia, ¡ahora sí!, ¡ahora estoy convencido!. Quiero que vuelva.

Esperamos que vuelva: nunca lo habíamos extrañado tanto.

viernes, 15 de noviembre de 2013

víspera

          Todo se movía rápido. Nunca bajé la cabeza, siempre miré a esa cosa celeste (por defecto), pero a veces se ve blanca, gris, incluso negra. Una cosa lejana con dos picos puntiagudos pasaba velozmente de un lado a otro, salpicando viento. Otra cosa, ésta última creo que con vida (según me acuerdo, me habían descrito sus características en los libros de biología) pasaba también con la misma velocidad en que se enciende un fósforo. Todo extraordinariamente rápido (o bajo mi punto de vista, recién estudio que la velocidad de la luz es un poco mayor)
          Yo estaba así: como te muestro ahora, nada, como siempre. Con la lentitud y quietud que tiene uno mirando ese espectáculo maravilloso, ni piensa ya en sí mismo sino para medir su termostato.
          Reitero: todo se movía muy rápido, la ciudad era rápida, ni más ni menos.
          No llegábamos a comprender si iba, venía, pero desaparecía y volvía a desaparecer, y aparecía... (dicen, yo no lo vi).
          Me acuerdo que, además de mí, había algo extrañamente lento. Supongo que tiene forma curva, es medio blanca pero no conozco ese color (lo confieso).
          Era como una estatua en el bosque, como alguien esperando (no más de unos minutos), a que la vengan a buscar.
          Primeramente confié en mí, no estaba ansioso ni desesperado, sabía que faltaba para que se fuera: todavía le tocaba esperar un tiempo (o unas horas, ¿quién sabe?). Y esperé, pero sin dejar de mirar, sin dejar de buscar métodos para cruzar todo el espacio y llegar. Pero a veces me afligía, porque mi estupidez era profunda y mi ansiedad (de a poquito, poquito, como el cáncer), me empezaba a lastimar, comenzaba a destruirme.
          Fue triste, ya no me acuerdo bien. Creo que mi error fue ilusionarme. Concluyamos.
          Luego esperé no pacientemente a que el mundo se alíe a mí, esperé que el mundo conspire para que eso que deseaba se pudiera lograr. No pasó.
          Desde ese momento estoy sufriendo: sufriendo por algo que no fue y por algo que podría haber sido (éxitos). Sufriendo por haber peleado sin fuerzas suficientes por eso, que no se daría jamás
Y sufriendo porque entendí que no vale la pena, que eso lejano lejano, no es más que tierra de nadie

jueves, 20 de junio de 2013

Simplemente una etapa

Mientras caminaba pensaba en ese líquido amarillento, realmente me había quemado la mano y casi arruinado por completo, me quedaría una cicatriz, pero usaría guantes y no había problema. Fue malo ese suceso, pero no mucho más, en verdad ya lo superaría o ya lo había superado porque pensaba en lo mucho que me divertía leyendo historietas, en especial leyendo Superman y haciendo otras cosas, por eso es que tener una mano quemada casi en su totalidad no me molestaba, tomaba el suceso con apatía y me preocupaba por cosas un tanto más importantes (desde mi anterior punto de vista). Mi familia estaba siempre en el mismo lugar, no hacía mucho pero cada día yo prometía pasar más tiempo con ellos, pero dejando continuamente para el posterior día la misión porque estaba ocupado en otras cosas: como leer, jugar con una pelota de tenis a una especie de frontón, y mayoritariamente usar la computadora.

También otro día empecé a leer sobre enfermedades psíquicas, esto fue un grave error porque me imaginaba que varias de éstas me estaban ocurriendo a mí, y temía por el futuro, por lo que podría pasar, por lo que decía en Internet, aunque intentaba tranquilizarme y convencerme de que estaba equivocado, ocupándome en leer más y más. Es cierto, supe mucho pero cada vez me traumaba más, me frustraba más y pensaba que esto sería mortífero. Entonces intenté de todo, hasta pedí ayuda a un amigo especialista en el área de psicología, aunque me aconsejó (bajo mi punto de vista), bastante mal.

Ya estaba destruido, no tenía ganas de realizar las actividades que siempre me habían gustado, abandoné de repente el fútbol (mi único deporte del momento) y me aferré más a la computadora, sin saber que la soledad frente a esta máquina estaba terminando con mi vida, y para colmo mi número de peso estaba ascendiendo notablemente. Quise también salir a trotar, pero me cansaba y sentía que moriría más rápido, que no tendría fuerzas para continuar y pelear por lo que de veras me importaba, o por lo menos lo que antes me importaba.

Aunque me cuesta decirlo, necesito que sepas que no tenía ganas de continuar con mis actividades más "hermosas" hasta el momento, como leer, y me daba pereza jugar con la pelota de tenis, la única actividad que persistía era usar la computadora, tanto que tarde me enteré que prefería más estar en la computadora que con mi familia. Por ejemplo cuando volvía de la escuela, sólo pensaba en estar en la computadora, y me imaginaba a mí mismo viéndome solo en esa habitación ya penumbrosa, la habitación de esta máquina tan adictiva, aferrado a mi soledad. Ya no esperaba con ansias ver a mi madre y abrazarla, como había sido desde muy chico hace unos meses de que ocurra esto. Cuando ella o mi familia estaba en problemas, yo solamente intentaba "esconderme" yendo derecho a la habitación, esa habitación con un objeto que manipula  en frente, y con un adolescente tan débil que no podía lidiar contra este vicio.

Jamás me había sentido tan mal como ese día, el día que me enteré por qué estaba tan mal emocionalmente, el día que me enteré que no eran las personas alrededor, era yo, no tenía amigos porque yo no quise tenerlos, y ese era mi problema, nadie quería estar conmigo por mi personalidad y mi excentricismo, ese que me llevó (valga la rebundancia), a enterarme para qué existo, existo para amar.

El Señor siempre estuvo a mi lado, pero recién lo pude ver cuando tuve un sueño que me cambió la vida, que me hizo sumamente feliz, por el resto de mi vida.

Porque aprendí que si hay algún momento que parezca tenebroso, continúa peleando por la vida, porque después llega la alegría, la primavera, el amor. Tal vez sólo fue una prueba de Dios, para ver cómo reaccionabas.

martes, 18 de junio de 2013

Tic - Tac

Estamos detrás de rejas, en un horizonte desconocido, en un Universo desconocido, en un mundo desconocido. Ya todo es penumbra y no hay aire, no entiendo para qué viví si terminé en este lugar tan hostil, tan encerrado y tan lleno de muerte. Es todo una condena, mi mente ya se acostumbró pero yo no, hay algo raro pero merecido. Seguramente es la prisión que me merezco, que nos merecemos por haber sido así, tal como fuimos, ni más ni menos. Estamos bajo un reino de mentira, una mentira, una falacia, un engaño, pura falsedad, todo es horrible. Todo lo que hice antes ahora lo pago, pero peor que con creces, lo pago con mi vida, lo pago con esta oscuridad y soledad, con este mundo que no conocí y desprecié sin imaginarme cuán tétrico era, cuán sombrío y espeluznante, lleno de muerte. Tal vez era cierto que la vida es corta, pero la aproveché al máximo, era quién llegaba primero y no me arrepiento de ello. Pero sabía que había algo que faltaba, no era sólo pisar al de al lado, era algo más el sentido de la vida, pero nunca lo entendí. Ya no importa, ya estoy acá, estoy pensando cuándo puedo salir de este infierno, todavía no me enteré, mis compañeros nunca hablan del final, pero realmente no aguanto más. Ahora que lo pienso, este es el castigo que merecía, interiormente fui siempre así, la vida pasada no fue más que un placer para mí, y esta no es más que una penumbra. Parece que el mundo se cobra todo lo que dejas, ahora lo siento y lo veo, creí que no sería nada más cuando mi cuerpo terminara de funcionar, creí que ya estaba todo, y no había otro paso. Si fuiste feliz, seguirás siendo feliz, pero si fuiste infeliz y malévolo como yo, terminarás siendo así. Si diste amor, esa palabra muy rara, en tu vida pasada, no sé qué decirte, sólo te aconsejo una cosa: lo que hice yo, porque otra cosa no te puedo aconsejar, yo vivo acá, conozco este ambiente, este paradigma, pero siéndote franco no me gusta nada, lo detesto. Pero quién sabe como será el otro lugar, no sé, sólo te recomiendo que hagas lo mejor posible, para que no te pase como a mí, para que no caigas en el error, para que no mueras. Y ahora, disculpame, voy a preguntar cuándo me voy de acá, cuando termina esto, no aguanto más, estoy sufriendo, ¡estoy desesperado!.

lunes, 17 de junio de 2013

Verdad, un arma con doble filo

Perfecto obviamente no. Pero... ¿es exitoso? ¿un pianista es exitoso o puede llegar a serlo? ¿existen (más fácil) pianistas exitosos? ¿...músicos exitosos? ¿...escritores exitosos?. Y genéricamente hablando: ¿Artistas exitosos...? ¿sencillamente EXISTE la posibilidad?.
¿Podrías afirmar que hay un mejor escritor, artista?, yo creo que no. Sigamos con las preguntas retóricas: ¿para qué venimos al mundo? para vivir, amar, soñar, dejar nuestra (aunque también pequeña) imborrable huella en el mundo. 
¿Qué es el arte? Nadie, (creo yo) sabe definirlo correctamente, aunque todos podemos "tirar" una vaga idea de lo que se nos pasa por la cabeza: forma de expresión, transmisión de sentimientos, lo confuso del mundo, etc. Pero ahora bien, un artista que nació para ser artista (justamente, valga la rebundancia), no es más que alguien que ama, que salta de alegría, que vuela, que se alegra, que siente amor... pero nada más, en definitiva, está expresando un sentimiento haciendo más saludable la vida terrena, está haciendo emocionar (tal vez) a un millar de gente. 

¿Y por qué no hay nadie exitoso? porque (en mi opinión), cada uno deja lo que puede, deja de sí un trozo y no tiene porque verse mayor que nadie, deja todo o muy poquito, pero deja.
Hablando de música: Rock, Pop, Folklore, Tango, Electrónica, y tantos otros tipos de música que transmite cada uno, desde su punto de vista, desde donde puede y desde el corazón.

Pero no significa nada que alguien se compare con otro, son dos mundos distintos, dos universos completamente separados y escindidos. Es como que Maradona diga que juega mejor al fútbol y fue más exitoso que Roger Federer (el tenista). Es también tan absurdo como comparar una empanada con un partido de ajedrez, un partido de truco con la siesta.

Son dos mundos diferentes, como dije, dos mundos completamente distintos: el arte y entenderme.


miércoles, 5 de junio de 2013

"...sin esperanzas"

Se había echado para atrás, esa historia, lo que a él le estaba pasando no era sólo una novela, no era una novela, era real. Consiguió unir lazos y salió caminando para la casa de Smith, un gran amigo. Estaba llorando, un gran rostro pero perdido de belleza, sólo por su apariencia, sólo por esas tristes lágrimas en la cara, había sido un buen hombre pero estaba lastimado, lo habían abandonado. Caminando cabizbajo entendió que él no había tenido la culpa, pero sí la había tenido por elegir semejante mujer. Vio dos puntos a lo lejos (no hablemos de neurótico, estaba soñando, estaba imaginando indignado), dos colores (para ser más preciso). Dos colores amargos, que a cualquiera le darían angustia, el negro y el marrón café. Tomó la iniciativa y siguió ese destino, esos colores que algo le decían, pero no quería hacerlo, ya no había otra opción.
Caminó deprisa para hallar esos puntos que se unían, esos puntos inimaginables para el lector pero tan perfectamente visibles para el personaje. No se había percatado que lo seguían desesperados, pero él iba más rápido, esos puntos divergentes que no terminarían tan pronto (no saldrían de su cabeza tan rápido como entraron).
Pero insisto, lo seguían, lo seguían otros dos colores: amarillo y verde, tan alegres que me es difícil describirlos.
Éstos no lo alcanzaron, el amor, el perdón, todo había quedado perdido cuando el muchacho infeliz se enfrascó en los colores de adelante, los más fáciles de ver, la tristeza, la infelicidad, la amargura y la angustia.

viernes, 17 de mayo de 2013

Réquiem para el nihilismo

Una vez más tirando a la basura las horas, me digno a escribir esto, acá en el blog. Ya sé que sonará muy rebundante decir que hacerlo es en vano, pero lo intento nuevamente. Ya sé también que no tengo nada para decir pero siento que ese nada es lo que escribiré, y finalmente será fructífero. Ese "nada para decir" es lo que me identifica. A continuación escribiré una historia tal vez metafórica, les aconsejo que no se aferren tanto a esta lectura porque quizá quedan paranoicos, ¡MENTIRA!, reflexionen sobre la misma y entreténganse:
"Ayer fue un día lluvioso" escribía Jacinto y pensaba, estaba con la mirada fija en los azulejos del suelo. "Ese día, mañana y ayer tienen que cambiar...". No había advertido que al día siguiente tenía prueba de química. Él tan concentrado, seguía pensando en esa muchacha tan perfecta. Esa muchacha, el recuerdo de esa hermosa silueta lo estaba destruyendo paulatinamente, había absorbido sus más tenues recuerdos, y quién sabe por qué, lo hacía una persona más amarga dentro de su grupo de amigos. No paraba de pensar en esa persona tan especial y sonreír al ver alguna de sus fotos.
Fue el gato (te adelanto) quien, con esa excelencia de entorpecer fácilmente, por fin lo distrajo de sus ahora siempre iguales pensamientos y reflexiones; tirando la campera llena de monedas al piso, consiguió llevar a otro lado y distraer la atención del muchacho cegado por su enamoramiento. 
"¿Qué me pasa?" pensaba, "...mis amigos no se ríen como antes, no me escuchan como antes", "...no se divierten al estar conmigo" - Es cierto - contesté, sentado en el sillón contiguo pero atrás de él, todavía no me había visto, se asustó y volteó tan rápido como pudo - la vida no tiene sentido alguno - proseguí casi sin interrupciones - ese escepticismo es lo que hay que entender. - y continué - ¿para qué sirve la vida? ¿para amargarse? ¿para sufrir? ¿para qué vivimos? - ...pero él, con ese aire de novela, con ese estupor y confianza, con ese ardor flamante de confianza en Dios, cerró mi puerta con llave, no fue engañado por mí, por el demonio, sino hizo la cosa más sencilla:
Me evitó, casi sin problemas, volvió a sus viejos pensamientos y comenzó a vivir, otra vez a vivir.
                                 ...y tachó "Nihilismo", ¡Sí!... de su gran diccionario

lunes, 13 de mayo de 2013

"...o me lo merecía"

Marchaba a paso lento cuando yo me escapé, hundido en una mezcla de indolencia y falta de compromiso, era una mezcla jugosa del verde y el azul, ¡sí! esos colores que nunca se mezclan. Me preguntaba dónde iría a parar, si caminar en línea recta era una opción viable para llegar o sólo caminaba, caminaba y pensaba. Entonces descubrí que no estaba solo o no lo estaría próximamente, no importaba cuán rápido caminase, si tarde o temprano encontraba su tesoro, estaría todo ahí, en ese momento y en ese lugar, por eso estaba tan bien vestido. ¡Es cierto! por más que lo critique nunca puedo negar lo elegante que estaba, lo comprometido que era con llegar bien a ese lugar y encontrar, de manera ardiente y ganadora, a su (de nuevo) tesoro. Él caminaba, yo mientras trataba y trataba de no pensar mal, analizaba si había alguna cualidad de admiración en él, pero no la encontraba. 
Es difícil describir qué ocurrió en esta partícula de segundo. O se chocaron voces, o se chocaron ideas, o alguna vez no vi nada igual o no podía comprender qué ocurría ahí, o yo estaba solo y no entendía por qué, o mi subestimar había alcanzado los límites más altos, o me lo merecía. Tal vez esa vez caía en la cuenta de mi vanidad, de ese sentimiento de apatía, de dejadez, simplemente porque yo era buscado por quienes "me querían" (y nótese que ahora lo puedo escribir entre comillas).
Nada pasó, nada pasó, nada pasó y si querés te explico lo que no pasó. No pasó que encontró a quien buscaba, pero sí la encontró porque buscó.
Yo también puedo buscar, vos, ella también, ahora veremos y pensemos...


¿Quién encuentra realmente a esa persona que lo hace feliz?

viernes, 3 de mayo de 2013

¡Qué difícil!

Qué difícil dejar de extrañar a una persona que siempre estuvo con vos y ya no está más, y además te cuidó. O simplemente te amó pero te cuidó de forma implícita. Qué difícil llevar una vida en paz, qué difícil cargar con ese peso que no querés aceptar, qué difícil también, aceptar una crítica, aunque constructiva. Qué difícil madurar y sonreír porque no hace falta enojarse en ese instante. Qué difícil saber cuándo enojarse, en qué momento, dónde, con quién y de qué manera. Qué difícil superar el orgullo y reconocer que alguien es mejor que uno; qué difícil controlar los celos, ¿y la envidia? Puff... Ni te cuento... Qué difícil llevar una relación sin trabas o mismo superándolas, qué difícil hacer sacrificios, qué difícil parar de ser tímido. Qué difícil encontrar a él o a ella, tu ella o tu él, qué difícil enterarte si esa persona existió y existirá para vos y se complementarán uno con el otro. Qué difícil escuchar sin comentar, qué difícil no hablar mal de alguien cuando no está. Qué difícil aprovechar todas las oportunidades, una por una. Porque es cierto, nos ponemos contentos porque aprovechamos esa oportunidad, esa ocasión, pero olvidamos todas las que se nos precipitaron, esas que rechazamos, y son muchas más que una sola; son muchas más que ésa, y tal vez tenemos pocas, pero aprovechándolas hacemos la diferencia. Qué difícil vivir, luchar, pelear por lo que queremos y no abandonar mi, nuestra o tu personalidad innata o bien, edificada mientras crecíamos. ¡Qué difícil escuchar!.

¿Pero por qué difícil? ¿Qué hacemos para que las cosas se gesten de manera compleja? ¿Qué hacemos o qué no hacemos? Explicame o te explico, la verdad es que evitamos la sencillez y la llevamos al borde del abismo, por creernos fuertes, por tratar de ser "alguien" en el mundo, en la sociedad, pero en definitiva nos estamos creando algo que no somos, estamos copiando la personalidad de alguien que nos lastima o nos lastimará. Es una droga que hay que superar, no sigamos la corriente, seamos nosotros mismos, seguramente para ésa persona (a quien todos imitan) seremos mucho más maduros nosotros, quiénes por nuestra voluntad no lo seguimos, no lo copiamos. Aunque nos difamen, aunque nos traten mal, sigamos la voluntad de Dios, y roguemos ante todo, poder al fin hacer la voluntad de Él, tal como Él nos pidió.

Entonces todo se hace mucho más fácil, el "qué difícil" desaparece, desapareció y ahora nos convertimos en otra cosa, en una personalidad fuerte, firme y que sabe soportar corrientes fuertes. Qué difícil, qué difícil se desvanece de a poco, porque estamos con Dios, con nuestro creador, con nuestro padre, con quien nos amó. Ya no estamos solos, ya no y ahora todo es fácil, y podemos gritar junto a Él: "¡Qué fácil porque estás a mi lado!...", "...¡Qué fácil porque vos me guiás, y me ayudarás a no caer en el pecado, no otra vez".

¿Parece paradójico no? que todo sea tan fácil, a fin de cuentas con nuestro padre todo se hace más fácil, ya lo sabemos, el "qué difícil" culminó.

martes, 30 de abril de 2013

habían sido tres veces

Cuando discutimos por tercera vez sobre qué íbamos a decir, quedó fijo, ¡Sí! Esta respuesta quedó inmóvil, no fue modificada. Habíamos estado tres veces en la misma situación, pasando por amistad, discusión y por último, discordia. El engranaje de nuestra amistad había sido disuelto, había quedado desenganchado y ya notábamos antigua esta palabra, notábamos antigua esta relación entre nosotros, ya no éramos los mismos que antes, ya veíamos lejana la amistad y ni encontrábamos posible una situación igual, no entendíamos cómo pudo haber funcionado la amistad entre nosotros, esa palabra se volvió inconclusa y extraña, sucia y engorrosa en nuestra diaria relación. Pero nos quedaba una opción, por ejemplo, sin tener como objetivo la palabra "discordia" (Como habíamos mencionado anteriormente), podríamos decir que éramos "compañeros de trabajo", compañeros que hacen las cosas bien porque están con otro, con otro responsable. Pero en realidad te quiero adelantar, finalmente no conseguimos lo que nos propusimos, la relación diaria se había vuelto monótona y aburrida, parecido a estar frente a un perro que no hace más que morder su hueso. Entonces decidimos salir adelante con nuestro trabajo, con ese trabajo que todavía no había sido terminado pero que podríamos otra vez intentar realizarlo en grupo. ¿Y por qué? pensaba yo, ¿Por qué amistarme de nuevo si habían sido tres veces? " Habían sido tres veces... habían sido tres veces... " Esta misma frase palpitaba en mi cabeza sin entender qué quería decir, pero lo entendí, ¡De veras lo entendí! Cuando viví el momento, cuando ocurrió por tercera vez, (y te cuento, el intento no fue nada cómodo, fue escalofriante, fue drástico y hasta mortífero)

sábado, 27 de abril de 2013

El futuro

¿Tenés alguna respuesta a esta pregunta tan perfecta pero capciosa? ¿Tenés alguna solución a esta vida tan llena de heridas? ¿Tenés alguna idea de quién soy yo y qué quiero? Porque yo no. Y en realidad sobre este tema voy a escribir la entrada, no sé quién soy ni para qué vengo al mundo, pero en contraposición sí lo sé, y es cierto. Sé quién soy y por eso te escribo, te escribo, te escribo porque sino en primer lugar me tendría que investigar a mí mismo, pero ya me conozco y quiero conocerte. Soy de esa clase de persona que explora más allá del futuro, y se trauma y se frustra porque, aunque viéndolo iluminado, todavía le falta la peor parte, cruzar lo ulterior. Sí! Ese mismo futuro que soñamos siempre, ese futuro tan odioso y cruel, tan lleno de ¿sorpresas?, ¿advertencias? o ¿Catástrofes? (Aunque metafóricamente hablando, siempre hablamos de lo mismo, de esos sueños lejanos pero tal vez cercanos, de esos miedos lejanos pero ya por llegar). Y acá es donde venimos a parar, ¿Hablar del futuro? Esa ilusoria palabra que alguna vez investigamos de cerca, para ver si importa continuar caminando o simplemente parar, intentar prever las odiseas que pueden suscitar la pérdida de esperanza, intentar animarme y reanimarme una y otra vez creyendo que soy inmune a cualquier clase de heridas y contratiempos, de sufrimientos, de tragedias. Entonces entendemos que no importa el futuro, no importan las inhumanidades a las que estemos sometidos, no coloquemos por sobre todo la vida en la tierra. Debemos dejar una huella imborrable en el mundo, no importa cuán grande sea, debemos pisar fuerte, pisar firme y prepararnos para lo mejor, estar frente a Dios.

sábado, 20 de abril de 2013

¿Llegaremos?

Estábamos a tres cuadras del cielo, sólo faltaban tres cuadras ¿Podés creer?. ¿Pero cómo sabíamos? El cielo se gana pero nunca se sabe a cuánto alguien está de él, nunca se puede saber cuánto te o le falta para llegar y tocarlo al fin. Es cierto, lo tengo que admitir, éramos codiciosos, sumamente codiciosos y renegados y tengo que admitir que no sé por qué, no sé cómo Dios me y nos perdonó los pecados tan rápido, fue una búsqueda somera, realmente así fue. Nos habíamos confesado, habíamos cambiado de actitud de un día para el otro, el esfuerzo fue inaguantable (para decirlo de alguna manera), pero valioso, en definitiva valió la pena. Entonces no encontrábamos ninguna razón lógica, tanto que hasta llegamos a dudar si ésta, tal vez para nosotros en ese momento entelequia o paradoja, era realmente cierta, o era puro engaño, probablemente era pura argucia. Tal vez nos habíamos hecho una idea errónea como tantas que la gente siempre se hizo para averiguar para qué estamos hechos, para averiguar si Dios está contento con nosotros, para averiguar el sentido de la vida. ¡Tanto habíamos corrido! Estábamos exhaustos, y lo tengo que decir con aire de franqueza, y es la primera vez que escribo tamaña confesión: estábamos muy cansados, muy cansados de pelear, muy cansados de buscar la verdad en este mundo tan falso y tirano. ¿Entonces qué ocurrió? Paso a explicarlo en orden cronológico, si tuviera que caracterizarlo diría que fueron los mejores minutos de mi vida. Estábamos llegando al cielo, agitados pero contentos, con ansiedad y no nostalgia, con ganas de abrazar a quién nos abra los brazos para hacerlo, habíamos sido muy queridos, pensábamos bajo nuestro único techo de egoísmo. Estábamos contentos porque llegaríamos, siempre quisimos hacerlo pero nunca habíamos sabido a ciencia cierta cuánto nos faltaba; pero ahora lo sabíamos, estábamos muy contentos. Y ahora nos pusimos a hablar de lo tontos e inútiles que serían los que no llegaban, estábamos contentos porque éramos los únicos, y que los otros se pudran... En realidad no podíamos creer lo siguiente: A lo largo de nuestro inmenso y casi interminable camino tuvimos la horrible oportunidad de cruzarnos con gente de buen gusto, que nos trató bien, muy bien y aún así retrocedieron, personas buenas a quién nosotros tratamos con sarcasmo. Y después de tratarnos bien retrocedieron. Entonces llegamos, la puerta estaba abierta, tal como lo habíamos previsto, lloramos de emoción por al fin estar cómodos para siempre. Pensábamos en este lugar como lleno de "magia" y comodidades. Y había ocurrido tal cual lo habíamos intuido: Había alguien en el umbral de la puerta, esperándonos con los brazos abiertos, literalmente. Fuimos los dos corriendo, tan rápido cómo pudimos, y allí ocurrió la "magia", allí ocurrió este hecho: No quisimos abrazar a quién nos esperaba, cuando lo vimos a los ojos lo odiamos, odiamos todo el lugar, odiamos ese aire de confianza tan engañoso, odiamos tanto como odia el que nos estaba esperando, odiamos a todos y todos nos odiaron. Esos ojos rojos llenos de fuego e ira, esos ojos del demonio. Pero una vez frente a él no quisimos retractarnos, esta manera de odiar nos parecía confortable, nos miramos entre nosotros y sonreímos porque estábamos en el infierno, el cielo se había convertido en infierno, y todas las personas que nos habían tratado bien, eran quienes fueron al cielo directo. Nos equivocamos de camino pero este era nuestro fin, esto era lo que merecíamos y lo que en definitiva queríamos: El odio, la maldad, la ira, el rencor, la muerte. Y como si fuéramos dueños del infierno entramos despaciosamente, ya habiendo eludido a la otra figura que nos llamaba diciendo que podíamos todavía cambiar de opinión, Dios nos llamaba haciendo entender que el demonio no es nada para Él y que podíamos permanecer en su casa. Pero una vez entramos, permanecimos, ya no podíamos volver, ya no podíamos elegir, seríamos infelices. Se cerró la puerta detrás nuestro, ya estaba dicho, nos hundimos en esta horrible depresión, en esta infelicidad del infierno, el demonio había ganado, y nosotros habíamos caído en la trampa, en el egoísmo, en el infierno.

viernes, 19 de abril de 2013

Tautología

¿Levantarse otra vez temprano? Todos los días temprano como el ratón en el queso, nunca se sacia. Y levantarse para hacer siempre esta o aquella actividad, siempre a esa hora, pero nunca cambia de actividad, nunca cambia la hora, nunca es "otra" hora, es esa, siempre esa. Abrigarse al desayuno a las 6 am cuando a esa hora habría que estar tranquilo en la cama, y ni pensar ya en el sueño porque es costumbre, porque es rutina y ya no hay otra opción, es así y ¿Qué vamos a hacerle?. Pero esto nos domina, es subconscientemente una droga o algo que lo practicamos sin saber que nos mata, que tal vez sea drástico, exageradamente hablando. Nos olvidamos de la vagancia, debemos cumplir con nuestro trabajo o cualquier motivo para tener que levantemos temprano. Por otra parte, ¿Quiénes somos? ¿Esclavizados que llevamos a cabo una rutina? ¿Se llama esclavizado al que no tiene vacaciones? NO, se llama trabajador. Entonces ocurrió lo siguiente en la vida de él, de ella, mía o tuya. Nos empezamos a levantar a las 7 am, días después nos acostumbramos a despegarnos de las sábanas a las 8, luego a las 9, y después fue variando. ¿Qué ocurrió? Fácil, ¿Desesperante? Un poco, pero fácil, estábamos de vacaciones: matamos a la rutina.

martes, 16 de abril de 2013

Autoestima

Todos podemos soñar, es cierto; todos soñamos, también es cierto. Pero pensemos en la increíble diferencia que existe entre querer lograr algo, y al fin poder lograrlo. Es inhumano pensar la cantidad de personas (por así decirlo) que intentaron algo y fracasaron, pero no sólo eso, sino que volvieron a intentar una y miles veces más pero cayeron de nuevo, hasta terminar y destruir su, anteriormente, alta autoestima. Entonces es en ese momento cuando nos damos cuenta "que no servimos para nada". ¡Claro! Está entre comillas porque es errónea esta afirmación, está pintada de sarcasmo, no podemos dejar que el pesimismo nos domine, sino acabaremos en la soledad y así nos tratarán como alguien que no sirve para nada. Somos imperfectos, por supuesto, somos imperfectos por naturaleza, pero... ¿Y qué?
      En definitiva si somos malos para esto, para eso no. ¿No sería aburrido si somos todos iguales? ¿No sería insensato pensar que alguien es mejor que nosotros? Puede serlo para algunas cosas, pero para otras no; y aunque en "todo" me supere debemos entender que fue producto de algún esfuerzo, o (aunque más raro todavía) puede tener tal vez un don innato que por cierto debemos admirar como tal. Nos metemos entonces tal vez en un tema más profundo: La envidia. ¡Qué feo es envidiar! ¡Hay que admirar! Cada uno tiene lo que tiene porque lo consiguió trabajando duro o tuvo la inteligencia de atacar el asunto por su lado débil pero así y todo lo consiguió. ¿Envidia...? ¿baja autoestima...? ¿Pesimismo...? Parece tan irreal y tan superficial que hayamos atribuido estos defectos a nuestra personalidad, Dios nos creó con virtudes, son realidades que debemos apreciar, son fortalezas que no debemos dejar atrás, porque es una muestra de agradecimiento a todo lo que Él hizo por nosotros. 
     Entonces empecemos por algo sencillo: ¡No envidiar!, y poco a poco a esto le sumaremos la alta autoestima. ¿Qué importa si te dicen que no servís para nada? ¿Dónde quedó tu personalidad? ¿Dónde quedó ese espíritu de liderazgo? No importa, sólo vivamos y transmitamos cuánto nos queremos, porque... Si uno no se quiere a sí mismo, ¿Qué le podrá ofrecer a los demás?

viernes, 5 de abril de 2013

Hagamos una cosa... ¡Pensemos!

Tengo que aprender a no escuchar todo lo que me dicen, o sea sí escucharlo pero no tomarlo siempre como verdadero, a veces ni siquiera como posible. Este es mi sencillo mensaje del día, que tal vez ayude a muchos a reaccionar, o tal vez sea una más de mis ocurrencias que terminan en cero, que nunca crecen, que nadie las recuerda y no valen nada; y bien puede tomarse como otra de esas recopilaciones de escritos que, al fin de cuentas, son borradores que no sirven para nada, en lo absoluto.
¿Cómo aprender entonces de cuán perjudicial puede ser lo que dicen sino me cuestiono si realmente es cierto? ¿Nunca pensaron en esa hipotética idea que surgiría si realizáramos una simple acción?... tal vez sólo una actividad nos salvaría de esta ignorancia: Pensar.
¡Pensemos! Pensemos y dudemos, vivamos para cuestionarnos las simples preguntas que acechan al ser humano, pensemos y preguntémonos por qué estamos acá, de dónde venimos, hacia dónde nos dirigimos y quién está a cargo de nuestra vida, ¿A quién, tarde o temprano, nos conviene escuchar y seguir? ¿A quién?

domingo, 31 de marzo de 2013

Martirio

¿Quién fue mejor que el que dio su vida? Esta persona sintió plenitud interior aunque destrozo externamente, en realidad tiene que ser muy feliz y valiente, ama a tal punto que entrega su vida por ello, ¡increíble! Todo un ejemplo, lo hace todo por amor, no hay otra explicación. ¿Quien sufrió las causas en su entorno? ¿Quién ha tomado tal increíble decisión y dejó todo su amor en manos de su compañero?. Entonces, ¿Quién ha dado su vida por apoyar y defender siempre el pedido de Cristo? El mártir, el gran mártir, el hombre tan piadoso que amaba al Señor. ¿Se imaginan la soledad muriendo de esa forma espeluznante?, todo por haber aceptado lo que Dios quiso transmitir. Realmente no te imaginás cuánto los admiro, realmente no me imagino yo estando en esa situación límite. Ese amor y agradecimiento por la vida, ese gran sacrificio por amor, y esa realidad que hicieron los mártires, que por cierto con esto se ganaron el cielo, obviamente. Que han amado a tal punto al hermano y han seguido esa palabra de Dios: "Ámense los unos a los otros, como yo los he amado", y tienen como lema la siguiente frase: "No busquen recompensa en la Tierra cuando alguien ha cometido una injusticia u ofensa contra ustedes, sino búsquenla en el Cielo". Esa libertad de elegir y aún así elegir lo mejor y más correcto, el camino que Dios te ayudó a seguir, pero lo hizo porque vos quisiste aceptar su ayuda, porque vos quisiste estar con él, simplemente por eso. ¡Qué horrible y desesperante encontrarse, por ejemplo solo, en frente de un pelotón de fusilamiento! ¡Qué desolación e impaciencia, ni siquiera se puede pensar en estar tranquilo en tamaña situación! ¡Qué ironía tan horrible! ¡Pensar que hay gente capaz de sacarle la vida, el amor, la libertad a otra persona, únicamente por caprichos personales, por odio, o celos, realmente inconcebible!.
Y ahora pensemos una vez más en todos los mártires que sufrieron por amar a una persona, porque se enteraron que los amó hasta dar la vida, y quieren devolverle de a poco el amor, aunque no puedan hacerlo de manera completa. Entonces pensemos otra vez en los ejemplos de personas que se sacrificaron, esas anécdotas que alguna vez escuchamos... Y siempre acuérdense de esto: Si queremos ser populares, hagamos lo que dice la gente; si queremos ser felices, guiémonos por nuestro corazón.
Quisiera ahora mencionar a Santa Magdalena de Nagasaki, a quien admiro muchísimo por su paciencia y tranquilidad, aunque sufriendo, a la hora de su muerte. Era una muchacha de familia noble, la halagaron tanto y rechazó tanto esos halagos, tales como: "Eres de familia noble. Joven y bella, te ofrecemos todos los bienes confiscados, y además, te vas a casar con uno de los principales señores, que te pretende". Pero ella se negaba, estaba completamente segura de ofrecer su vida al sacrificio y amaba al Señor, entonces a esto contesta: "Gracias, pero ya estoy casada, soy esposa de Jesucristo". Entonces, producto de estas contestaciones, el tribunal la condena a muerte, aunque antes dándole la oportunidad y ofreciéndole una mejor vida, ella se ofreció a entregarle todo al Señor, dando así el ejemplo a algunas personas tan desequilibradas en la vida, como yo. Entonces le aplican las más horrorosas torturas, pero ella es fiel a su sacrificio, y a los cristianos que la visitan en la jaula les comenta: "El martirio es una gloria, mientras eres torturado recuerdas la pasión de Jesús, la mirada bondadosa de María y te imaginas cómo los ángeles del Cielo contemplan desde arriba tu combate"
Poco antes de su muerte Magdalena manifiesta tener sed, entonces le ofrecen un vaso de agua, y a esto contesta: "No, no tengo sed de agua, sino de Jesucristo"

Bueno, ya dicho todo esto, les repito que recen y amen al hermano y acuérdense: Si creés que el martirio está lejos, vos estás lejos de la Santidad. 


Terminando... ¿Conocen algún martir? ¡Coméntenlo que me gustaría aprender más sobre ellos!

jueves, 21 de marzo de 2013

Write! Don't be stupid!

Aprovecho para escribir ahora porque... ¿Quién sabe cuánto tiempo más voy a poder seguir haciéndolo? ¿Quién sabe si, en el mejor de los casos, después no tenga más tiempo para hacerlo? O por alguna extraña razón no pueda volver a escribir más, no pueda ejercer una de las tareas que más me gusta hacer: Escribir. No obstante esta tarea a veces produce estrés y soledad, pero nunca me aparto de la gente, de mis amigos. Nunca me alejo de mi familia ni de todo lo que hace bien, ni de todo lo que amo. Siempre estoy con ellos, en las malas y en las buenas. Porque si no fuera así, ¿Qué pasaría? ¿Cualquier persona que se motive con la acción de escribir terminará sola? ¿De qué estamos hablando? No digo esto por un simple capricho, o para auto-convencerme de que estoy acompañado por quiénes amo, en lugar de pensar que estoy en soledad. Simplemente lo digo para contradecir una frase que no estuvo vigente tanto tiempo en mi memoria por el simple hecho que en un principio no le di importancia; pero al repetirse tanto por la boca de cada una de aquellas personas que se creen intelectuales sólo por opinar acerca de algún tema discutido por la sociedad, tuve que centrarme un poco más en esta afirmación (Que por cierto no la dije, aunque se puede obviar): "Los escritores son excéntricos, alejados de la realidad, solitarios".
Repito, esta frase tan capciosa la debe haber mencionado alguno de esos "inteligentes" que se hospedan en la tele, quienes mencionan muchas palabras y frases sin sentido alguno. Bueno, en definitiva, este era mi mensaje and I say to you: Write, don't be stupid. Quiero que quede en claro una cosa: Podemos ser extravagantes, obviamente, pero no siempre escribir conlleva a la soledad ni olvido de quiénes importan en la vida. Incluso muchas veces, la cualidad de escritor que comparten dos personas puede suscitar la interacción y amistad entre ambos.

sábado, 16 de marzo de 2013

¿Qyen te escribe?

¡Amigo! ¿Quién te escribe si no es aquel mismo, quien te debe todo? ¿Creés que lo hace esperando una respuesta? Por supuesto mi querido amigo, siempre hay un deseo y una petición escondida, obviamente quien te admira o ama, siempre cree estar haciendo lo correcto y entones insiste sin cansarse, pero realmente sí quiere que se lo escuche y se lo valore (Y más aún si sos esa persona que busca impacientemente, a quien le está dedicando sus dones literarios). Ese mismo te escribe, sólo tienes que saber que... ¿Quién, pero quién me...? Atento y tranquilo, es normal que estés ansioso por saber quién te dedica a vos algo, aunque ni sepas que lo hace. O crea más intriga estando dentro del blog de quien vos querés que te escriba, pero no estás seguro si lo hace, no estás seguro si se dirige a vos, específicamente. Acordate de este ejemplo que daré a continuación, realmente te servirá si lo sabés aprovechar:
"Quien te ama no sólo te escribe, excepto yo y ya sabemos quien más". Una vez más repito: Soy tu perdida ilusión, si lo crees así. Pero si realmente me amas soy tu futura ilusión hecha verdad. 
Y agrego: Tardo tanto en recorrer mi ameno camino como Fabbiani en una cancha de fútbol. 

miércoles, 6 de marzo de 2013

Apatía

Me extraña esta apatía que tengo para cosas realmente relevantes, pensar que creí que me haría bien dejarte ir pero ahora me doy cuenta... en verdad nunca pensé que sería fructífero esquivarte, francamente me sería más destructivo a mí mismo. Entonces, valga la rebundancia, en mi opinión, elegí la peor opción de las pocas que tenía a mano. ¡Esta apatía realmente me espanta!, tengo una sensación funesta, desagradable y que no concuerda con mi optimismo en mi manera de vivir. En mi opinión, es como querer cruzar un cerco cuando no estoy entrenado, como enterarme de lo que debo hacer, pero tarde. Efectivamente, como si nunca hubiese caído en la cuenta y ahora, con falta de entrenamiento, intento en vano, en vano, y en vano otra vez (¿O para enfatizar algo se repite el verbo?). Horriblemente aquí estoy, con esa apatía que no me deja ver las cosas con claridad, la nitidez se me escapa y a mí mismo no sé cómo verme: ¿Un pibe que busca sus objetivos en cualquier oportunidad que se le cruce? ¿Algún vago? ¿O alguien que espera sentado que caiga algo del cielo? ¿Eh? ¿Quién soy? Me lo pregunto una y otra vez... ¿Pero no estábamos hablando de la apatía? Ciertamente ese era el tema de esta noche. Y entonces otra vez más se cruza por mi cabeza ese pensamiento con gusto a martirio, no sé escribir