El destino ríe desde su gran trono de incertidumbre
No iba a escribir, otra vez no iba a escribir pero lo hago porque me motivan los comentarios; sí, esos pocos comentarios que tengo pero siempre cae uno más, otro que me grita otra vez: ¡No pares!. A veces pienso que es todo ideado, pareciese que me llega un comentario cuando ya estoy llegando al 100% de certeza que mi blog no sirve. Simplemente me motivan, estoy tan eufórico, parece todo tan romántico y sensacional que no puedo contestar con una simple sonrisa a un llamado tan hermoso, o tal vez no es para mi o sí, pero ¿pierdo algo intentando?, no creo. Es cierto, soy bastante cabeza dura, pero vuelvo a intentar porque quiero llegar a la verdad, quiero conocerla, entender qué pasa y qué no pasa con vos, quiero llegar a entenderte de una vez por todas (si todavía no te entiendo, si mi suposición fuera errónea). Y no tengo nada para decir, nada más útil, sólo quería no perder la constancia de escribir (otra vez) nada.
“Mi amor por “él” es tan grande que está por encima del dolor de la ausencia. Me basta saber que existe, que siente y recuerda en algún rincón del mundo…” “…te lo digo --personalmente" -Así escuché decir alguna vez a “alguien”.
“Mi amor por “él” es tan grande que está por encima del dolor de la ausencia. Me basta saber que existe, que siente y recuerda en algún rincón del mundo…” “…te lo digo --personalmente" -Así escuché decir alguna vez a “alguien”.
ResponderEliminar