viernes, 16 de noviembre de 2012

Estar bajo el sol

Jonas, viajante y ahora náufrago, había sufrido mucho tiempo en esa isla donde se había perdido, buscó métodos inimaginables para subsistir, y aún así tenía una corazonada: Con el tiempo moriría, solitario y en esa isla desértica...
Un día, cuando las esperanzas se le habían caído por el acantilado, como así decirlo, y habiendo soñado que estaba en un palacio acomodado, caminó y caminó sin motivo, casi muerto de sed, estaba buscando un lugar ¿Digno? para suicidarse, de repente escuchó una voz irreconocible, a lo lejos, donde el cielo se confunde con las montañas y el viento con la arena...

"Jamás había encontrado mejor palabras que las que estás pensando ahora, en este instante para contarle a tu amada, a tu sirviente y a tu hermana lo que estás oyendo. Reiría mucho si lo escuchase, abriría un enorme surco (por supuesto lejos de aquí) si lo que estoy pensando es erróneo, sin sentido, estúpido, incoherente, adverbial, ajeno, insensato, se removería toda la tierra e incluso yo, muriendo despacio aunque ya muerto para reencarnar a la vida, y sufrir de nuevo y hacer sufrir (Y todo eso porque ahora mismo estás pensando en morirte, en suicidarte y no seguir peleando) Es tu decisión, pero yo te hago una enorme petición:
Sálvame y Sálvate"

Johnas dejó o no dejó caer su primer lágrima al leer esto, estaba estupefacto. El miedo le decía que debía suicidarse, pero el destino se lo negaba
Al tercer día lo encontraron casi muerto cerca de la orilla, había sobrevivido a esa angustiosa tentación, encontró motivo a su vida cuando vio a su amada y resto llorar de emoción

Murió 20 años después, por una dosis de medicamentos, nada parecido al naufragio.

Nunca se supo de quién era la voz, pero quedaba en evidencia que ésta lo había salvado

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