Mostrando entradas con la etiqueta Crying. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Crying. Mostrar todas las entradas

viernes, 31 de enero de 2014

Fue eterno

Pasé un largo rato sentado sobre el asiento de la bici. No me animaba a continuar, no me atrevía a regresar. 

De pronto sentí esa imperante necesidad de salir corriendo, de parar de sufrir y terminar con este sufrimiento. Me acordé de cuando estabas conmigo. Me acordé de esos ojos enamorados que me contemplaban. Esa dulzura en tu mirar, ese brillo hermoso que siempre hace juego con la noche. Esos ojos que tanto esperé pero bien sabía: en ese momento me hacían sufrir. Y me desgarraban despacito porque no iba a darte lo que merecías. Y me mirabas con amor, con miedo a perderme. Y sufrí: la pasé mal. No lloré porque te sentía cerca, no lloré porque estabas ahí, en mis recuerdos. 

No me animé a ir a buscarte, ya lo había hecho, ya me habías dicho que no. Y ¿por qué? constantemente me preguntaba qué había hecho mal. Ya no servía perseguirte, bien sabías todo, fue una elección tuya: no habías querido, simplemente. Pensaba que si te arrepentías me llamarías, me gritarías. No sé, ¡algo!. Esperé mientras los autos que corrían me hacían entender cuán rápido íbamos. Miré para atrás con cara de preocupación. Me imaginaba mi cara como un tormento, como una persona engañada, como una persona frustrada.
Encadenada únicamente a una persona egoísta. Yo te había dado TODO... TODO: TODO. Lo que más me dolió es que eras consciente de ello. Pero tuve esperanza, pensé que si recordabas cuánto te había dado me darías otra oportunidad. Otra oportunidad de no se qué. Tal vez de enamorar a alguien des-enamorable; tal vez de cambiar mi yo, cambiar mi personalidad, sólo para convencerte. 

¡Mentira! no lo habría hecho, ya lo sabés. ¿Y para qué lo hiciste?, creí que sería temporal. Pero no, fue más bien duradero.

Fue más bien eterno.

domingo, 23 de junio de 2013

Algo hipócrita ¿no?

Jamás, lastimosamente, supe advertir la desgracia que me podría generar tal decisión, pero sabía que perseverar se convertiría en absurdo, y caeríamos (como siempre), todos bajo un mismo nombre, pero seguidos de discordia y dolor, porque no apurarme había sido y es, sin duda, mi ruina. 

Pero a pesar de este suceso, supe seguir caminando, es cierto que medio curvado, medio lento, agachado. Porque me cuesta hacerlo, me cuesta realizar una de las principales actividades del ser humano: caminar. Y se me dificulta por la simple razón del ser, por la razón que todo hombre, mujer, ser humano debe tener por defecto: amé demasiado, sin miedo amé, sin temor, pero fácil me rechazaron, fui rechazado sin ningún otra excusa que la siguiente: algo hice mal. Es cierto que algo hice mal, pero sin duda habré sido la persona que más amé, que más TE amé y sin embargo, fui despreciada.

Duele, si nunca lo sentiste, te digo que duele, aunque te cuento, no estoy deprimido, estoy triste, me siento algo triste, me había hecho una ilusión que en definitiva fue falsa, y sufrí, sufrí bastante. Lo que más me duele no es lo que pasó, sino cómo pasó, qué había pasado antes y pensar que todo había sido mentira, hipocresía (esa palabra horrenda, asquerosa, propia del demonio).

Reitero, estoy algo triste, pero me siento mejor que cuando estaba enamorado, porque era todo ansiedad, incertidumbre, dolor y pena. Ahora me siento destruido pero algo mejor, en serio. Ahora sé la verdad y sé que mi ilusión era incierta. Así que vos elegiste ese camino, entonces ya no tiene sentido de ser este blog, ya todo es pena y dolor, pero no estoy enojado, sólo pienso en tu felicidad, aunque no me creas pienso en que seas muy feliz. Ojalá pudieras realizar lo que tenés en mente, de verdad, en serio, ojalá que ningún obstáculo te lo dificulte. Pero ahora el defecto del desenlace es que me perdiste, perdiste a quién podría haber sido un gran compañero de vida, una gran persona, perdiste a quién podría haber dado frutos a una fiel unión, okey, goodbye, be happy.

Y otra cosa no menos importante...

No me busques, ya no estaré

martes, 18 de junio de 2013

Tic - Tac

Estamos detrás de rejas, en un horizonte desconocido, en un Universo desconocido, en un mundo desconocido. Ya todo es penumbra y no hay aire, no entiendo para qué viví si terminé en este lugar tan hostil, tan encerrado y tan lleno de muerte. Es todo una condena, mi mente ya se acostumbró pero yo no, hay algo raro pero merecido. Seguramente es la prisión que me merezco, que nos merecemos por haber sido así, tal como fuimos, ni más ni menos. Estamos bajo un reino de mentira, una mentira, una falacia, un engaño, pura falsedad, todo es horrible. Todo lo que hice antes ahora lo pago, pero peor que con creces, lo pago con mi vida, lo pago con esta oscuridad y soledad, con este mundo que no conocí y desprecié sin imaginarme cuán tétrico era, cuán sombrío y espeluznante, lleno de muerte. Tal vez era cierto que la vida es corta, pero la aproveché al máximo, era quién llegaba primero y no me arrepiento de ello. Pero sabía que había algo que faltaba, no era sólo pisar al de al lado, era algo más el sentido de la vida, pero nunca lo entendí. Ya no importa, ya estoy acá, estoy pensando cuándo puedo salir de este infierno, todavía no me enteré, mis compañeros nunca hablan del final, pero realmente no aguanto más. Ahora que lo pienso, este es el castigo que merecía, interiormente fui siempre así, la vida pasada no fue más que un placer para mí, y esta no es más que una penumbra. Parece que el mundo se cobra todo lo que dejas, ahora lo siento y lo veo, creí que no sería nada más cuando mi cuerpo terminara de funcionar, creí que ya estaba todo, y no había otro paso. Si fuiste feliz, seguirás siendo feliz, pero si fuiste infeliz y malévolo como yo, terminarás siendo así. Si diste amor, esa palabra muy rara, en tu vida pasada, no sé qué decirte, sólo te aconsejo una cosa: lo que hice yo, porque otra cosa no te puedo aconsejar, yo vivo acá, conozco este ambiente, este paradigma, pero siéndote franco no me gusta nada, lo detesto. Pero quién sabe como será el otro lugar, no sé, sólo te recomiendo que hagas lo mejor posible, para que no te pase como a mí, para que no caigas en el error, para que no mueras. Y ahora, disculpame, voy a preguntar cuándo me voy de acá, cuando termina esto, no aguanto más, estoy sufriendo, ¡estoy desesperado!.

jueves, 6 de junio de 2013

¡No lloró!

Había pensado en tener ese hermoso vestido blanco cuando se casara, pensaba (ya que desde chica la educaron bien) en que su vestido de matrimonio se deslizaría por el piso hasta llegar al altar, pero no sólo eso, sino que éste (por supuesto) sería blanco, un blanco indistinguible que reflejaba pureza, responsabilidad.

Lastimosamente creció en un ámbito inadecuado, con un grupo de amigos que la estimulaban al otro camino, a tomar por un camino sinuoso, engañoso, lleno de errores. Lo más triste es que no se daba cuenta, ellos no eran sus amigos. 
Al paso de los años fue cambiando de idea, o la fueron cambiando, la convencieron de lo contrario, con excusas como: ¿para qué?. Al principio no bajaba la guardia, no se dejaba conmover o alterar por las opiniones de sus "amigos", pero después fue aceptándolos poco a poco para entrar otra vez en el grupo, "como cuando era más chica" pensaba, pero sin darse cuenta que los chicos habían cambiado.

Fue a los 16 años cuando decidió contradecir su formación (la que ya parecía estable), contradecir los consejos y casi obligaciones que le habían "inculcado" (como ella lo veía) de chica, lo que le habían enseñado se acabaría, y se acabó ese 6 de junio, tan rápido como cruelmente y tan lento como placenteramente.
Pero no lloró, yo lo hubiera hecho. Se sintió bien, parecía ya haber olvidado todo lo que le habían dicho, o simplemente se olvidaba paulatinamente de su importancia. "¿Para qué?" seguía pensando y se acordaba de sus amigos, "ellos tienen razón".

miércoles, 5 de junio de 2013

"...sin esperanzas"

Se había echado para atrás, esa historia, lo que a él le estaba pasando no era sólo una novela, no era una novela, era real. Consiguió unir lazos y salió caminando para la casa de Smith, un gran amigo. Estaba llorando, un gran rostro pero perdido de belleza, sólo por su apariencia, sólo por esas tristes lágrimas en la cara, había sido un buen hombre pero estaba lastimado, lo habían abandonado. Caminando cabizbajo entendió que él no había tenido la culpa, pero sí la había tenido por elegir semejante mujer. Vio dos puntos a lo lejos (no hablemos de neurótico, estaba soñando, estaba imaginando indignado), dos colores (para ser más preciso). Dos colores amargos, que a cualquiera le darían angustia, el negro y el marrón café. Tomó la iniciativa y siguió ese destino, esos colores que algo le decían, pero no quería hacerlo, ya no había otra opción.
Caminó deprisa para hallar esos puntos que se unían, esos puntos inimaginables para el lector pero tan perfectamente visibles para el personaje. No se había percatado que lo seguían desesperados, pero él iba más rápido, esos puntos divergentes que no terminarían tan pronto (no saldrían de su cabeza tan rápido como entraron).
Pero insisto, lo seguían, lo seguían otros dos colores: amarillo y verde, tan alegres que me es difícil describirlos.
Éstos no lo alcanzaron, el amor, el perdón, todo había quedado perdido cuando el muchacho infeliz se enfrascó en los colores de adelante, los más fáciles de ver, la tristeza, la infelicidad, la amargura y la angustia.

viernes, 31 de mayo de 2013

Algo nublado

Era una de esas noches espantosas, de esas noches que rezongan para arruinarte el día, para hacerte sentir mal, por eso estaba escribiendo. Pensaba en esas ideas metafóricas y en esas indirectas que alguna vez no te dije, y que lo tendría que hacer prontamente, pero sólo pensaba. El día lo recuerdo bien, fue hace más de un año pero esa noche se selló en mi mente como el primer beso tuyo. Pensaba qué había hecho mal y rezongaba, y la tétrica noche me daba la mano, me ayudaba con esa horrible depresión, me estimulaba a seguir mal. Ya había pensado en irme a acostar para reponerme, porque no tenía nada para hacer, era un día infeliz, lleno de imperfecciones, estaba deprimido viendo cómo el cielo se llenaba de estrellas comunicando aburrimiento y soledad. 
Aunque también pensé (y esto me subió un poco el ánimo), que nosotros dos estábamos bajo una misma estrella, obvio pero tranquilizador. "¿Y esto de qué me sirve? todos estaríamos bajo una misma estrella" pensaba, "...pero yo quiero compartir mi vida con vos", "...ser personalmente tuyo, y estar con vos en la intimidad". Obviamente estos pensamientos de nuevo catastróficos me arruinaron el panorama, mirar por la ventana y ver esa noche me deprimía, el silencio y la oscuridad me estaban matando. 
Odiaba estar bajo ese ambiente, era mi propia casa pero me obligaba a pensar en mí. 
Lo confieso, me acuerdo pero no tanto de ese día espeluznante, la noche me estaba arruinando aunque nunca creí que sería mortífera, más bien la veía inofensiva e inocua. Además estaba acostumbrado a esa soledad, y (según yo mismo) ya me había adecuado, ya era feliz. 
Pero este día me dijo lo contrario, pensaba en métodos para no estar deprimido, pensaba en esos amigos que ahora no tenía por estar completamente aislado y ser tan exigente. Ahora lo veía, era un infeliz, ya no merecía más sermones de la vida, ¿para qué sirve? todo a la basura, ¿para qué existo? no sé (yo seguía filosofando tristemente).

No importa, conclusión: simplemente por ese amargo día (más bien por la amarga noche), decidí algo inimaginable, algo que nunca antes se me había cruzado por la cabeza, acabaría con mi vida.

Y así hice, simplemente con una soga atada de manera muy especial, ¡sí! ya me había convertido en masoquista y suicida.

Aunque ahora puedo contar esto, ¡sí! puedo contar esta horrible historia porque nunca lo pensé... Nunca se me cruzó por la cabeza, porque vivo alegre, agradezco la vida, es lo mejor que me pasó y para colmo vos existís, entonces sonrío y soy feliz.

viernes, 24 de mayo de 2013

MoDerNa iNceRtiDUmBRe

Esperé un tiempo para ver si pasaba algo, pero no, lo debí haber supuesto hace rato. Será muy difícil lidiar contra este peso que no hace más que entorpecer mis movimientos, esta nostalgia que no hace más que mostrarme cuán espantosa es la depresión, y esta montaña de pensamientos que tengo sobre qué va a pasar y qué ocurrirá ese día, porque sólo ese día es importante.
¿Qué pasará? me pregunto, pero tempranamente me doy cuenta de que no tiene que ser un solo día, que el camino y el esfuerzo se empieza a hacer desde un pasado, desde un antes, y desde un antes realmente muy anterior. 
Pero es difícil encontrar la forma o el camino correcto...

porque esa verdadera mentira
me desvela sin asco
porque ese horrible argumento
se convierte en grato espanto

porque cualquier sospecha que tenga
no será fructífera, en fin no
porque cualquier pensamiento
alegre y trivial, hermoso y horrible
¿o qué? no sé, pensalo vos


jueves, 16 de mayo de 2013

a mi amigo "fiel"

Gracias por darme la espalda
gracias en serio
me hiciste entender cuánto no me querías
y cuán estúpido había sido
por soportar siempre las piedras
que por fin se caerían

Gracias por evitar mis palabras
gracias en serio
no tengo más...
no más palabras
que un adiós duradero

Gracias por hacerme
conocer tu espalda
qué grande había sido
pensar que nunca
 había permitido
conocer tu lado maligno

Gracias por creer 
que sos más fuerte
gracias en serio 
por tu ego de teniente

Creí en vos cuando me hablabas
pero ahora me niego
a aceptar tus vanas disculpas
porque no sirven de nada

Gracias por reír fuerte conmigo
ahora con tono bien hipócrita
sólo falta un despido
es cierto fui algo egoísta
pero no a tal cumplido
de evitar pues las caídas

domingo, 5 de mayo de 2013

Así ocurrió

Cada vez duraban más las clases, cada vez las horas se tornaban más aburridas y monótonas. Ya tenía que pensar alguna forma de sobrevivir. Ya sea el silencio, o el no ruido o el no murmullo, algo me molestaba en esas clases, me sentía deprimido y triste, tenía que hacer que algo cambie. Todos mis compañeros estaban en la misma situación (al principio pensar esto me reanimaba), pero tempranamente me di cuenta de que yo tenía que cambiar, no servía conformarme con lo que les pasaba a mis compañeros, más tarde noté que nadie hablaba del tema. Sólo en los recreos podíamos hablar entre nosotros o hablar con el profesor, pero no dialogaban o no dialogábamos sobre lo aburrido que era la clase (Lo que previamente yo había supuesto que pasaría pero no ocurrió, entonces entré a desesperar). Parecían adaptarse rápidamente, ¡tenían y tienen mi edad! ¡no pueden ser tan distintos! y me acordaba que no eran distintos, y me enteré que a  me pasaba algo, y tendría que averiguarlo pronto.


Conclusión: Así ocurrió, hasta que no pude hacer nada, hasta que no puede adaptarme a esa horrible situación y hasta que no pude hablar con mis extraños amigos. Hasta que no pude entender qué había cambiado y hasta que no pude entender la situación de mis compañeros...

...y en definitiva, así ocurrió. 

jueves, 25 de abril de 2013

Me alejo del ruido

Destino lejano, futuro continuo
entiendo de veras, y al fin adecuo
mi estrés con tu ira, mi paz con tu fuerza
entonces entiendo cuán lejos anduvo
el tren de tu ida y más tu entelequia

Escucho tu tema, me alejo del ruido
mas escucho alegre, el sonido ambiguo

Te escucho rezar, en silencio alguno
pero sin evitar, el breve tumulto

lunes, 1 de abril de 2013

Traición

Estábamos a sólo unos segundos de abrazarnos, todavía no nos habíamos visto, era total, inmensa la ansiedad. Estábamos impulsados por el poder del amor, ningún rencor por ninguna parte, nos queríamos tanto y no nos veíamos hace mucho tiempo. Pensaba abrazarla fuerte y no soltarla, que su cuerpo permanezca entre mis brazos y por un largo tiempo, después hablaríamos. Extrañaba su sonrisa, su llanto y cualquier otra cosa que se le parezca, yo la amaba. Caminaba con paso rápido a través de las calles con olor a olvido y nostalgia, ¡Hace tanto tiempo no visitaba ese lugar, me encantaban las calles, deseaba hospedarme en este barrio sombrío pero hermoso, quería permanecer allí por cuánto tiempo me sea concedido! ¡Cómo creció tanto, pero el aroma seguía seduciéndome!. Aunque distrayendo mis pensamientos por unos segundos por el barrio, después volvía a las ganas de estar con ella; ¡la quería abrazar! ¡la quería amar más que nunca!. No llegaba más, no nos encontrábamos: Entré a desesperar y encontré en éstos los minutos más largos de mi vida; entonces en ese momento me acordé del destino. ¡Sí!, ese maldito destino que nos había separado porque tuvo que ser así, parecía todo ideado para no volvernos a ver, pero ahora lo sabría, ahora la vería y me reconfortaría, me fortalecería. "¡Una cuadra y no más!" pensaba yo, "Tengo que ser optimista, no pasó nada malo". Pero ahora trotaba cada vez más rápido, el silbar del silencio me llenaba de miedo, de infelicidad, alejarme de esa mujer había sido destructivo, estoy seguro que aunque yo hubiese estado quieto, mi corazón no ralentizaría su ritmo. Las olas del tiempo hacían que recuerde la vejez, ya no era el mismo, ya había envejecido y ella también, su mirada hacia mi podría haber cambiado, éramos totalmente distintos. Sentir la horrible punta de una rama en mi hombro y la mirada hostil del viejo sin techo al que siempre difamé, me dieron a entender que no habría ningún milagro ni esperanza, ningún otro saludo cordial del barrio, ya no tiempo de amar a nadie ni esperar ser amado por quién no amé. Sólo me quedaba ella. Sí, sólo esa muchacha con aire de comprensión y solidaridad, quién tanto me amó y ahora está de vuelta, para que la vaya a buscar.

Náufrago

Ya había arribado a mi mágico pensamiento optimista, ya dejando de buscar actitudes idiotas y ególatras. Me sentía bien una vez más diciéndome a mí mismo que todo saldría como yo esperaba, pensaba en esa irónica respuesta que alguna vez vos o esa otra chica me dieron, y pensaba usarla a mi favor, pensaba que era para mí y que así debía ser. Y esa audacia con que te empeñabas para lograr los objetivos me conmovía, pero eran algo paradójicas tus respuestas, comprendían una negación cuando realmente estabas segura de lo que estabas diciendo, afirmabas una frase, pero sin olvidarte de ese sabor a olvido, a negación, a decepción; y lamentablemente ese eufemismo me provocaba y me provoca heridas graves. Y realmente ésa es la palabra exacta para el título, no sólo la escribí sino también lo sentí, porque me siento un náufrago, alguien que espera y espera pero sobrevive y hace lo posible para lograr sus mediatos objetivos, aunque no siempre triunfa, por supuesto. Me siento tan eufórico en algunos sentidos, pero en otros destruído, como esa clase de personas que sólo saben madurar cuando ocurre alguna circunstancia peor a sus previos deseos, algún suceso peor a lo anteriormente imaginado, y con ese tono extravagante y superficial de la vida. Entonces repito, la perspicacia me llega en tono ligero, pero me llega al entender que mi deseo es imposible, verdaderamente imposible de llevar a cabo.

martes, 26 de marzo de 2013

Me desafío una vez más

Te espero otra vez allá, donde ya sabés, para encontrarte. Me desafío a no fallarte, me propongo estar y estando poder verte. Me desafío por vigésima vez a seguir el camino y no mirar atrás, y me pregunto si existe esa extraña posibilidad de que algo de lo que escribís me tenga como destinatario. Me desafío a encontrarte, me desafío a vencer ese aferro al orgullo y salir alguna vez de mí mismo. Y tengo que encontrarte o encontrarte, amarte o amarte, no tengo otra posibilidad ni otra idoneidad porque realmente te amo y no te quiero fallar más.
Y entonces me vuelvo a preguntar y pensar:

¿Sirve seguir escribiendo
y torturarme con las palabras?
¿Sirve esperar a tal punto
que el filosofar encontrara
una respuesta tan capciosa
que por cierto es tan deseosa?

domingo, 24 de marzo de 2013

Uno más del montón

En verdad me estoy dando cuenta que esto de ocultarme me está jugando en contra. Pretendo ser quien no soy, me desilusiono, fallo, vuelvo a intentar, pierdo y pierdo otra vez, como siempre. Hago caso omiso a tus indirectas y me enojo conmigo mismo, soy un inmaduro que no puede sobrellevar una conversación decente y se estanca en la sonrisa de esa persona especial que alguna vez no consiguió conquistar pero está intentando hacerlo. Esa tonelada de preguntas remotas, esa obsesión que termina en cero simplemente por no acercarse, simplemente por esa estúpida razón. Y sigo teniendo esos sentimientos que sólo me surgen al verte, pero finalmente me destruyen recordándome que soy uno más del montón, y no el único, como llegué a creer alguna vez. Mil preguntas que tal vez me arruinen, una frase que tal vez sea exterminadora; todas estas ideas saltan en mi cabeza al intentar hablarte pero nunca cesan. La virginidad de la charla que no perdí también conspira contra mí, está jugando en mi contra pero no puedo evitarlo. Y una de las últimas cosas: Escribir con letra chica pensando que esta entrada cambia algo, pensando que es original pero en realidad te debe sugerir aburrimiento como cualquier otra; pero yo sigo haciéndolo porque me gusta y tengo esa vaga esperanza que todavía no perdí. De nuevo pienso y escribo en vano, soy uno más del montón que quiere algo con vos, y no debo ser el indicado. Aunque te propongo que me oigas y me perdones por esa vez que no te escuché, por esa otra que te decepcioné y por esa y otras miles que surjan del breve cambio de palabras. Pero realmente te suplico con todas las fuerzas que no me pares de escuchar, que no pares de entenderme y ser comprensiva; tengo mucho más que ofrecer, cada uno tiene una historia detrás de todo cuerpo iracundo, y yo también, tengo la mía.

sábado, 23 de marzo de 2013

Esa otra persona

No querés que esté, no estoy. Querés que me vaya, ni aparezco. Pero en caso de que te estés perdiendo, ni me busques, ya no voy a estar. Y si te arrepentís, olvidate de mi, ya te di una y mil oportunidades y en la número quinientos decidiste lo peor: no estar más conmigo. Olvidate de todos esos recelos que tuviste, esos que te decían que no me conocías y por eso tenías miedo. Olvidate de esa ignorancia, nunca supiste quién soy, mirándome de reojo y con desdén, y aunque te perseguía, vos ni te enterabas y estabas en la tuya, en lo que a vos te concierne, en esa otra persona. Olvidate de esas palabras que te dije, bien podían sonar molestas o repetitivas, pero estaba buscando una llave que abriera el camino de la felicidad, pero lastimosamente me voy dando cuenta: Esa llave está cerrada, ese corazón tuyo impidió cualquier roce y entrada al mío, ese amor que sentía, que penetraba en mí mismo no era más que una alegórica falsedad, una mentira. Ese amor tan destructivo a veces y tan cordial en otros momentos, ese sentimiento que se desvanece al enterarme de la verdad. Y voy entendiendo cada vez más, esa sugerencia que escuchaba de dónde no sé, pero no llevaba el apunte; ese malentendido que causó tantas tristezas y penumbras. ¿Y ahora te alejas? ¿Qué pensás que haga yo? ¿Esconderme de la realidad? Yo muero y no tengo otra opción, me decepcionaste y, ahora me alejo como lo has hecho. "Esa otra persona, esa otra persona" me vibra en la cabeza ese pensamiento y no puedo confiar, ya no tengo fe en vos porque me decepcionaste. Eras quién yo decía confiar, y la mujer que nunca me abandonaría, nunca me mentiría. Pero ahora... ¿Qué me queda? ¿Confiar en la sombra de tu mentira? ¿Confiar en la ira de tu egoísmo? ¿Qué me has hecho? Me destruiste sin saberlo, o sabiéndolo pero con un aire de dejadez. Y lleno mi cabeza de ficticias añoranzas, de incorrecto humor y huelo tu maldita hipocresía a distancia. ¡Me mentiste! ¡Realmente lo supuse! ¡Me arruinarías la vida!, o tal vez algo peor: Me arruinaste... ¡Sí!, me arruinaste... me arruinaste la confianza.