viernes, 31 de mayo de 2013

Algo nublado

Era una de esas noches espantosas, de esas noches que rezongan para arruinarte el día, para hacerte sentir mal, por eso estaba escribiendo. Pensaba en esas ideas metafóricas y en esas indirectas que alguna vez no te dije, y que lo tendría que hacer prontamente, pero sólo pensaba. El día lo recuerdo bien, fue hace más de un año pero esa noche se selló en mi mente como el primer beso tuyo. Pensaba qué había hecho mal y rezongaba, y la tétrica noche me daba la mano, me ayudaba con esa horrible depresión, me estimulaba a seguir mal. Ya había pensado en irme a acostar para reponerme, porque no tenía nada para hacer, era un día infeliz, lleno de imperfecciones, estaba deprimido viendo cómo el cielo se llenaba de estrellas comunicando aburrimiento y soledad. 
Aunque también pensé (y esto me subió un poco el ánimo), que nosotros dos estábamos bajo una misma estrella, obvio pero tranquilizador. "¿Y esto de qué me sirve? todos estaríamos bajo una misma estrella" pensaba, "...pero yo quiero compartir mi vida con vos", "...ser personalmente tuyo, y estar con vos en la intimidad". Obviamente estos pensamientos de nuevo catastróficos me arruinaron el panorama, mirar por la ventana y ver esa noche me deprimía, el silencio y la oscuridad me estaban matando. 
Odiaba estar bajo ese ambiente, era mi propia casa pero me obligaba a pensar en mí. 
Lo confieso, me acuerdo pero no tanto de ese día espeluznante, la noche me estaba arruinando aunque nunca creí que sería mortífera, más bien la veía inofensiva e inocua. Además estaba acostumbrado a esa soledad, y (según yo mismo) ya me había adecuado, ya era feliz. 
Pero este día me dijo lo contrario, pensaba en métodos para no estar deprimido, pensaba en esos amigos que ahora no tenía por estar completamente aislado y ser tan exigente. Ahora lo veía, era un infeliz, ya no merecía más sermones de la vida, ¿para qué sirve? todo a la basura, ¿para qué existo? no sé (yo seguía filosofando tristemente).

No importa, conclusión: simplemente por ese amargo día (más bien por la amarga noche), decidí algo inimaginable, algo que nunca antes se me había cruzado por la cabeza, acabaría con mi vida.

Y así hice, simplemente con una soga atada de manera muy especial, ¡sí! ya me había convertido en masoquista y suicida.

Aunque ahora puedo contar esto, ¡sí! puedo contar esta horrible historia porque nunca lo pensé... Nunca se me cruzó por la cabeza, porque vivo alegre, agradezco la vida, es lo mejor que me pasó y para colmo vos existís, entonces sonrío y soy feliz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentar no muerde...