sábado, 2 de marzo de 2013

Step, another one?

Estoy al borde del precipicio; estoy en problemas, si avanzo me caigo quién sabe dónde, al vacío supongo. Pero esta tal vez no es la peor opción, esto es lo más duro de entender. Si retrocedo pierdo todo vigor, me debilito rápidamente y me frustro y me muero por dentro. Estoy pisando fuerte sobre rocas, no voy a aguantar mucho tiempo, la planta de mi pie está raspada y sangra demasiado. ¿Entonces a qué me aferro? Si mi esperanza quedó atrás, si mi única ansiedad es elegir lo que actualmente me perturba en la cabeza. ¿Y ahora qué hago? Si mi corazón está todavía terriblemente lastimado, y esperaba vivir más para perdonar mis pecados y limpiarme por dentro. ¿Y a qué me aferro? - A la voluntad del señor - escuché una respuesta lejana. ¡¡¿Qué?!! No, a eso no!!, ¡A mi vida! ¿Por qué no? Si vale mucho y... Era lógico y plausible, había empezado a sentir amor por todos, haría caso a esa voz que me decía que era importante, y entonces ahora entendía, mi vida en realidad no valía nada, y yo era un egoísta. La voluntad de Dios me decía todo, todo cuánto debía realizar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentar no muerde...