martes, 16 de abril de 2013

Autoestima

Todos podemos soñar, es cierto; todos soñamos, también es cierto. Pero pensemos en la increíble diferencia que existe entre querer lograr algo, y al fin poder lograrlo. Es inhumano pensar la cantidad de personas (por así decirlo) que intentaron algo y fracasaron, pero no sólo eso, sino que volvieron a intentar una y miles veces más pero cayeron de nuevo, hasta terminar y destruir su, anteriormente, alta autoestima. Entonces es en ese momento cuando nos damos cuenta "que no servimos para nada". ¡Claro! Está entre comillas porque es errónea esta afirmación, está pintada de sarcasmo, no podemos dejar que el pesimismo nos domine, sino acabaremos en la soledad y así nos tratarán como alguien que no sirve para nada. Somos imperfectos, por supuesto, somos imperfectos por naturaleza, pero... ¿Y qué?
      En definitiva si somos malos para esto, para eso no. ¿No sería aburrido si somos todos iguales? ¿No sería insensato pensar que alguien es mejor que nosotros? Puede serlo para algunas cosas, pero para otras no; y aunque en "todo" me supere debemos entender que fue producto de algún esfuerzo, o (aunque más raro todavía) puede tener tal vez un don innato que por cierto debemos admirar como tal. Nos metemos entonces tal vez en un tema más profundo: La envidia. ¡Qué feo es envidiar! ¡Hay que admirar! Cada uno tiene lo que tiene porque lo consiguió trabajando duro o tuvo la inteligencia de atacar el asunto por su lado débil pero así y todo lo consiguió. ¿Envidia...? ¿baja autoestima...? ¿Pesimismo...? Parece tan irreal y tan superficial que hayamos atribuido estos defectos a nuestra personalidad, Dios nos creó con virtudes, son realidades que debemos apreciar, son fortalezas que no debemos dejar atrás, porque es una muestra de agradecimiento a todo lo que Él hizo por nosotros. 
     Entonces empecemos por algo sencillo: ¡No envidiar!, y poco a poco a esto le sumaremos la alta autoestima. ¿Qué importa si te dicen que no servís para nada? ¿Dónde quedó tu personalidad? ¿Dónde quedó ese espíritu de liderazgo? No importa, sólo vivamos y transmitamos cuánto nos queremos, porque... Si uno no se quiere a sí mismo, ¿Qué le podrá ofrecer a los demás?

1 comentario:

  1. Anónimo4/18/2013

    Por lo que has dicho aquí voy a creer que conoces a un adorable dinosaurio, pero no estoy segura, esa es la verdad, creo que estoy alucinando, eso es. Por lo demás, tengo algo que decir como lectora de lo que has escrito. Es la segunda vez que alguien menciona esto: “… que no sirven para nada y por eso...”, sí, me decepcionó escucharlo de alguien a quien la experiencia debería haberle enseñado a tener una mejor perspectiva, “está lleno de sarcasmo”, sí, también así lo veo. Lo dijeron para desconcertarme, no sé, yo no argüiría una opinión así, no en ese momento que la escuché.
    Hacer reaccionar a los lectores, pensar,… en esa posibilidad. No dije que no lo intentaría, sólo dije lo que me habían dicho acerca del tema. Que me lo dijo alguien que admiro/respeto, sí, pero aun así, si lo cuestiono. Lo que soy, los que me conocen, soy, y no se va porque “parece” que se me haya esfumado. Es que se acercó, ¿qué crees que me pasó? Se me cayó la guardia, me llego ahí donde más quería tenerlo.

    ResponderEliminar

Comentar no muerde...