Un martes 13 el ingeniero Chaytuaw encontró en su oficina un papel que decía:
Estimado Nicolás Chaytuaw, este escrito es para informarte, como muchos otros lo quisieran saber, cómo va a ser tu muerte. Morirás a causa de la ciruela, no es chiste
Anónimo
Al leer esto Nicolás ni se inmutó, era un chiste y se quería
auto-convencer de que así era. Es importante destacar que tenía un ciruelo en su parque y todos los días comía, aunque sea una ciruela.
Al rato, eran las 7:40 pm, pensó en detalle lo que había leído, salió de la oficina y manifestó tener dolor de estómago, era mentira. Se quería ir porque estaba un poco asustado, leía mucho y repetidas veces había encontrado parecidas circunstancias en sus libros, y desgraciadamente, el personaje terminaba muerto. Él era el jefe, suficiente motivo para irse cuando quería.
Agarró su auto y en ese mismo momento, había pensado antes que iba a ir a su casa, se acordó de Pablo Schusjer, el médico que siempre lo trataba, cerraba a las 8:00 pm. Miró la hora y pensó que probablemente no llegaría antes de que cierre, pero pensó que si no lo iba a ver moriría de miedo toda la noche. Aceleró como nunca antes y llegó a ver, medio segundo antes de su muerte, un camión que transporta madera cruzándose en su camino. Él iba muy rápido y su muerte fue súbita
Dos meses después, cuando su esposa iba llorando a dejarle flores a su funeral, pudo leer un cartel que yacía sobre su lápida:
"¿No te lo he dicho? Morirás a causa de la ciruela"
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