martes, 27 de noviembre de 2012

Mentiras, ¿serán ciertas?

Igual yo sabía que había fallecido pero no me lo quería admitir a mi mismo. Y qué gran problema fue, para mi, deformar esta realidad a tal punto que hasta yo mismo me lo creía posible. Jamás descansé debido a esta gran mentira, que la fortalecí tanto que, hasta yo mismo, valga la redundancia, no podía entender cómo esto era incierto.
Tomé las riendas del asunto aquel día que mi tío hizo una breve visita por mi casa, me auto-convencí de que lo había visto muerto, como así era en un principio, o por lo menos lo decía en público. No es mi tío el supuesto fallecido, pues no lo habría matado si, en un futuro, lo mencionaría en este relato.
La amistad con él era soberbia, pero faltaba algo, siempre venía con una cara de frustración y decaimiento. Tal vez era así para con todos, sentía que si me exiliaba de la ciudad no me extrañaría, aún cuando siempre me mostró actos de altruismo y sin embargo, no lo mencioné, creo que no lo hice nada más que por pudor. Su semblante era mudo, ciego, sordo, pero nunca entendí que quería decir con esa cara ni si después de 5 años, obviamente extrañando a su difunta esposa, no lo hubiese superado.
Llegué a desencadenar el problema del asunto cuando le explique el motivo de todas mis mentiras, "El espectro de mi hermano lo había asesinado aquel día y yo, como un imbécil, lo cubrí todos estos días"
Mi dilema entonces, era si estaba vivo o no, ¿Si el espectro de mi hermano lo había matado? o no, ya que yo no creía en espíritus, mas desde aquel día empecé a creer tan rápido como si un avión se midiera con un auto en una carrera donde éste último no tenía ni mínima ventaja y el avión estuviera en perfectas condiciones. Pero después de un tiempo estas creencias descendieron de velocidad, cuando para ese entonces ya había llenado a media de mi familia de mentiras. Este fue el gran conflicto, ¿Quién lo habría matado? ¿Estaremos todos en un mismo mundo? las preguntas me surgían repentinamente. ¡Mi tío! Ay, casi me olvidaba de él, ¡sí! tiene mucha importancia para mí en este relato, él fue quien me logró convencer, tácitamente, de que todo las "mentiras" creadas por mi, eran verdaderas.

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