miércoles, 23 de enero de 2013

El ánimo y el orgullo

No podía quedarme tranquilo, íbamos a dar un paseo en familia por todo el día. El problema no era que lo haríamos, si no, que tendría que llevar eso conmigo. Mi padre me lo había dicho, me había obligado a que lo lleve, si hacía caso omiso estaría muerto. Me encerré por unos instantes en mi habitación, no lo quería llevar, eso otro me impedía que lo hiciera. Me mordí los labios, eso otro era mucho más ameno que eso, aunque es cierto, me habían dicho que me desprenda de éste. Agarré mi mochila, eso otro no pesaba nada, en cambio eso sí, pesaba mucho, me era casi imposible llevarlo conmigo. Cuando me di cuenta mi mochila no pesaba nada, estaba aliviado. Pero rápido me percaté de lo que había pasado, había dejado caer eso, me decepcioné por unos instantes, me había creído fuerte, por un momento llegué a creer que podía soportar eso en mi espalda, eso tan pesado. Rápidamente me di cuenta el error, quería que ocurra, quería desprenderme de ese otro y apropiarme de eso, esto me haría bien. Claro! Lo que quería era tener eso, sería muy pesado al principio, debido a mi personalidad, pero después me olvidaría y sería fructífero.

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