sábado, 19 de enero de 2013

El tiempo embarrado

El polvo de mis zapatillas me decían que estaban viejas, gastadas. El polvo de mi billetera mostraba un reluciente estado en desuso, aunque tenía $0 dentro de ella. La suciedad de mi camisa, también un poco desteñida, me hacía volver a recordar cuando la usaba. Esta es la relación que pude encontrar: "El polvo remarca lo que el tiempo avanza". El polvo de mi nostalgia, si cabe mencionarla, desaparece continuamente, dejando una notable limpieza dentro de ella, ya que nunca la dejo sola. El polvo de la avaricia, espero yo, sea mucha mugre junta. El polvo de mi ánimo y sentido del humor no los puedo ver, no los puedo alcanzar. Igualmente para mí es mejor, no están olvidados como muchas otras cosas. Destiño el presente para conventirlo en pasado, los momentos tristes los olvido; los insinuo con desdén cuando el tiempo me los recuerda. El shockeante paso del tiempo, el desafortunado momento en que el tiempo pasa, sin hacer nada, y miro que las horas corren, y yo permanezco con mi vanidad indestructible, la cual me dice que no me mueva, total, tengo tiempo. El tiempo no nace de la espera, nace del olvido. Debemos mirar hacia adelante, y no contentarnos con una buena contestación o una simple sonrisa que me hizo renacer por dos segundos. El tiempo corre, y no podremos frenarlo. Cuando te enteres que tu tiempo se llenó de polvo, no me lo cuentes, ¡Guárdatelo! Porque me desilusionaría pensar que tomaste la decisión incorrecta, que para algunos, mi discurso cayó al río, que mi ingenuidad tropezó. Entonces, si tu tiempo lo has usado de la manera correcta, complácete, porque así habrás descubierto el misterio de la vida. ¡No importa nada más! ¡No importa si esa persona no te admira, no te quiere, o no te glorifica! ¡No importa a qué te dediques! Si eres filósofo, programador, contador, neólogo... Sé tu mismo, usa adecuadamente el tiempo, y alégrate de ello.

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