Por cierto, mis esperanzas de llegar rápido a la cabaña y terminar de una buena vez con el hambre decayeron como piedras cayendo por un precipicio, cuando escuché que deseaban instalarse en esa casucha.
En ese momento me acordé lo que sufrían mis sobrinos todos los veranos cuando salían de vacaciones, y recorrían, haciendo caso a las protestas de mi hermana, toda la "selva" bajo la lluvia.
Me acordaba de ellos y los recordaba con melancolía, ellos habían muerto, bajo la lluvia, congelados, habiéndose perdido meses antes en la selva en busca de comida. Nunca había llegado a tal punto de perdón y de arrepentimiento, nunca mis sobrinos me habían importado nada, pero ahora los extrañaba como si ellos alguna vez fueron todo para mí. Me agarré la cabeza con las dos manos y la golpeé bruscamente contra un banco de madera situado cerca de la pared, estaba avergonzado de mí mismo.
Esto fue lo más importante de mi vida, que me hizo cambiar como persona y pasar más tiempo con la gente que de veras me preocupa. Así que, mi sufrimiento como persona sirve para por lo menos una cosa, dejarles la siguiente moraleja:
En los lugares más extraños, cuando antes pasamos discordias y peleas para llegar allí, donde lo único era pensar en volver al hogar, en este momento más cruel, cuando menos esperamos tener recuerdos emocionantes, aquí y ahora podremos revivir por dentro, liberarnos de lo que nos encadena, tenemos lo que más queremos, a nuestros seres queridos, quienes estarán en nuestra futura vida (desde el amanecer hasta el anochecer, cuando moriremos). Nunca había imaginado que en ese instante, resucitaría...
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