jueves, 10 de enero de 2013

Reencuentro inesperado

Ese pensamiento monótono que ella tenía al ver las estrofas de sus propias canciones, ese pensamiento (en su opinión) inaudito. Y se preguntaba cómo no se cansaba de escribir canciones y publicarlas en esa página, en la cual diez de cada treinta de éstas serían públicas próximamente. Era un día agobiante, propio para no escribir nada, le dolía la cabeza: "Los días con mucha humedad, me rehúso a escribir. Me siento mal, me siento cansada" - como ella decía una y otra vez cuando ese día parecía inminente. Estaba meditando por supuesto dentro de su inmensa soledad interminable. Estaba tendida en la cama muy cansada, pensando en sus posibles ganancias si llegase a publicar tal o cual canción. Entonces escuchó un fuerte golpe, seguido de otro, otro y otro. Se estremeció por aquel ruido imborrable, "si es ruido de la puerta..." - pensaba - "Hace mucho no escucho un ruido tal, ¿qué podrá ser?" - se quedó cinco segundos intacta, sin apenas girar el cuello. "A nadie le importa saber de mí, ¿Quién sera?". Al fin la dama le ganó a su inmovilidad y se puso de pie temblando, y empezó a caminar hacia la puerta pensando que en el trayecto se le ocurriría alguna excusa para no abrir. Avanzando como tortuga se le ocurrió mirar sus paredes, ¿Tendrá alguna foto en la pared de alguna amiga, algún familiar, algún conocido que haya querido antes de embriagarse en su hostil soledad? Recorrió con la mirada toda su sala de trabajo, que por cierto era la más grande de la casa. "No lo puedo creer, lo único que tengo son letras de canciones, esas canciones que me dieron mucho dinero. ¿De que color es la pared? ¿Blanca?. Desafortunadamente no me acuerdo, lo único que hay son papeles de canciones pegados con cinta adhesiva"
Se había percatado de su terrible soledad, y de su agónico sentimiento. Ahora empezaría a extrañar a quiénes le habían enseñado algo de la vida, a quiénes estuvieron con ella antes de ignorarlos.
Se dirigió a la puerta ahora de forma rápida, sin pensarlo mucho, la abrió, quería ver a alguien, quería encontrar a algún conocido. Cuando la puerta fue abierta se reencontraron, y lloraron de dolor los dos, y como por instinto se abrazaron...

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