martes, 29 de enero de 2013

ENVIDO!! - FLOR!! - DAMN IT!!

Mi inocencia fue persuadida antes de los 9 años, cuando me enseñaron a jugar al truco. El mentir se me dio para este juego, pero aprendí la cuestión de la vida (No el truco!, sino la verdad). Muy complicado y lleva tiempo decir siempre la verdad, pero aunque sea cuestión de tiempo siempre será posible hacerlo. Pero es algo amistoso, quien no miente se siente bien, conforme consigo mismo, se siente libre y sus culpas se convierten en obsoletas. Una historia poco cierta se convirtió en falsa, producto de la mentira de la persona, ésta a su vez se siente mal, indefensa, le falta algo, algo sumamente importante, la confianza. Pero siempre la nitidez con que el mentiroso pronuncia sus palabras se llena de vigor con el tiempo, endurece y madura. Asimismo el oyente trata de creer pero crece en la desconfianza, no cree en un primer momento.
"Gracias por mentirme, me siento más seguro
Gracias por golpearme, me siento más fuerte
Gracias por engañarme, soy más inteligente"
 Quien lo conoce, ignorándolo piensa: "Es mentiroso" y quien no lo conoce se decepciona y probablemente se aleje rápido.
Si yo fuera mentiroso, y ya creo que algo soy (En lo posible lo evito, en lo posible trato de no mentir, pero enfrentándome y estando entre la espada y la pared, miento, y me arrepiento de ello)
Ahora olvidemos toda clase de modestia: "Siendo mentiroso, aprendía una cosa, aprendí a sufrir cuando mentía, aprendí a mirar para atrás y remediar el error, trato de purificar cada una de esas pocas basuras y convertirme en un hombre honesto"

No les parece que el mentiroso mira a la persona oyente y descifra: ¿Me creyó? ¿Lo hizo? y yo le mentí, me siento bajoneado
¿No me creyó? ¿Habrá perdido mi confianza?

Vale destacar que ningún virus de honestidad romperá vuestra desconfianza en mí, jugando al truco.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentar no muerde...