viernes, 5 de abril de 2013

Hagamos una cosa... ¡Pensemos!

Tengo que aprender a no escuchar todo lo que me dicen, o sea sí escucharlo pero no tomarlo siempre como verdadero, a veces ni siquiera como posible. Este es mi sencillo mensaje del día, que tal vez ayude a muchos a reaccionar, o tal vez sea una más de mis ocurrencias que terminan en cero, que nunca crecen, que nadie las recuerda y no valen nada; y bien puede tomarse como otra de esas recopilaciones de escritos que, al fin de cuentas, son borradores que no sirven para nada, en lo absoluto.
¿Cómo aprender entonces de cuán perjudicial puede ser lo que dicen sino me cuestiono si realmente es cierto? ¿Nunca pensaron en esa hipotética idea que surgiría si realizáramos una simple acción?... tal vez sólo una actividad nos salvaría de esta ignorancia: Pensar.
¡Pensemos! Pensemos y dudemos, vivamos para cuestionarnos las simples preguntas que acechan al ser humano, pensemos y preguntémonos por qué estamos acá, de dónde venimos, hacia dónde nos dirigimos y quién está a cargo de nuestra vida, ¿A quién, tarde o temprano, nos conviene escuchar y seguir? ¿A quién?

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