jueves, 20 de junio de 2013

Simplemente una etapa

Mientras caminaba pensaba en ese líquido amarillento, realmente me había quemado la mano y casi arruinado por completo, me quedaría una cicatriz, pero usaría guantes y no había problema. Fue malo ese suceso, pero no mucho más, en verdad ya lo superaría o ya lo había superado porque pensaba en lo mucho que me divertía leyendo historietas, en especial leyendo Superman y haciendo otras cosas, por eso es que tener una mano quemada casi en su totalidad no me molestaba, tomaba el suceso con apatía y me preocupaba por cosas un tanto más importantes (desde mi anterior punto de vista). Mi familia estaba siempre en el mismo lugar, no hacía mucho pero cada día yo prometía pasar más tiempo con ellos, pero dejando continuamente para el posterior día la misión porque estaba ocupado en otras cosas: como leer, jugar con una pelota de tenis a una especie de frontón, y mayoritariamente usar la computadora.

También otro día empecé a leer sobre enfermedades psíquicas, esto fue un grave error porque me imaginaba que varias de éstas me estaban ocurriendo a mí, y temía por el futuro, por lo que podría pasar, por lo que decía en Internet, aunque intentaba tranquilizarme y convencerme de que estaba equivocado, ocupándome en leer más y más. Es cierto, supe mucho pero cada vez me traumaba más, me frustraba más y pensaba que esto sería mortífero. Entonces intenté de todo, hasta pedí ayuda a un amigo especialista en el área de psicología, aunque me aconsejó (bajo mi punto de vista), bastante mal.

Ya estaba destruido, no tenía ganas de realizar las actividades que siempre me habían gustado, abandoné de repente el fútbol (mi único deporte del momento) y me aferré más a la computadora, sin saber que la soledad frente a esta máquina estaba terminando con mi vida, y para colmo mi número de peso estaba ascendiendo notablemente. Quise también salir a trotar, pero me cansaba y sentía que moriría más rápido, que no tendría fuerzas para continuar y pelear por lo que de veras me importaba, o por lo menos lo que antes me importaba.

Aunque me cuesta decirlo, necesito que sepas que no tenía ganas de continuar con mis actividades más "hermosas" hasta el momento, como leer, y me daba pereza jugar con la pelota de tenis, la única actividad que persistía era usar la computadora, tanto que tarde me enteré que prefería más estar en la computadora que con mi familia. Por ejemplo cuando volvía de la escuela, sólo pensaba en estar en la computadora, y me imaginaba a mí mismo viéndome solo en esa habitación ya penumbrosa, la habitación de esta máquina tan adictiva, aferrado a mi soledad. Ya no esperaba con ansias ver a mi madre y abrazarla, como había sido desde muy chico hace unos meses de que ocurra esto. Cuando ella o mi familia estaba en problemas, yo solamente intentaba "esconderme" yendo derecho a la habitación, esa habitación con un objeto que manipula  en frente, y con un adolescente tan débil que no podía lidiar contra este vicio.

Jamás me había sentido tan mal como ese día, el día que me enteré por qué estaba tan mal emocionalmente, el día que me enteré que no eran las personas alrededor, era yo, no tenía amigos porque yo no quise tenerlos, y ese era mi problema, nadie quería estar conmigo por mi personalidad y mi excentricismo, ese que me llevó (valga la rebundancia), a enterarme para qué existo, existo para amar.

El Señor siempre estuvo a mi lado, pero recién lo pude ver cuando tuve un sueño que me cambió la vida, que me hizo sumamente feliz, por el resto de mi vida.

Porque aprendí que si hay algún momento que parezca tenebroso, continúa peleando por la vida, porque después llega la alegría, la primavera, el amor. Tal vez sólo fue una prueba de Dios, para ver cómo reaccionabas.

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