martes, 29 de octubre de 2013

azúlejo azúl - ahora lo sé.

             No conseguí mirar a través de esa ventana, supongo que habría sido bien parecido a lo viejo, algo digno de extrañar. Pero con franqueza, ella no me dejó hacerlo, vos no me dejaste hacerlo. Me pusiste paredes interminables, puertas cerradas: ¡horrible!. Me dijiste que no me preocupara, aunque no lo dijiste, ¡NO! porque era todo parte de mi imaginación y de mis ideas. Lo que ella o vos dijiste no me lo dijiste, sino es lo que yo creía saber, sin saberlo (confundiendo más).
         

             Ese destino que intenté ver sin poder, aunque tampoco intentándolo mucho (ahora lo sé), ya que me quedaba sentado, no miraba por la ventana, me daba pereza: me asustaba. Elegía vivir el presente, no me preocupaba por el futuro. En otros aspectos sí, créeme, en esto no. Me equivoqué.

              Me hubiera gustado que me invites, pero tenías miedo, no quisiste que me asome por ese ventanal de azulejos azules, no me dejaste ver a través de esa ventana coloquial. Me empujaste y me hiciste creer en un mundo distinto, distinto al real, aunque bastante ilusorio, optimista, se pintaba hermoso, lo confieso.

              ¿Cómo habría sido ver a través de eso? siempre me dio miedo, aunque se tornaba bello, porque el azul se muestra optimista, aparenta esperanza (no lo invento yo, lo leí).
Ahora me doy cuenta, ahora lo sé, ya lo sabías, estás siempre un paso adelante: lo detesto. En fin, eso que se percibía, que percibías, que no me mostrabas, que yo también me negaba haciendo lo que querías, es el mismo futuro del pasado, es el mañana del ayer. Es el hoy, de una nueva etapa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentar no muerde...