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domingo, 14 de abril de 2013

Nunca más (No me refiero a militares)

Jim sonrió y miró a su alrededor, pensaba en ese pasto verde y llamativo donde había nacido, lo miraba acordándose de su niñez. Ese estado psicológico que tuvo en aquel momento fue incomparable, estaba eufórico con la idea de regresar, pero al mismo tiempo estaba triste porque no podía olvidarse de sus padres, del fallecimiento inesperado de ellos; ya habían pasado dos meses pero él seguía indignado, estaba con su esposa y empezarían a vivir en esa casa, arreglado un tiempo después del infortunio fallecimiento. Habían pensado en arreglar más todavía su actual casa pero esta idea fue tomada rápidamente como utópica. Pensaron en realizar una inversión y colocar un mercado en su ahora antigua casa, imaginaron muchas comodidades superficiales, ahora que tenían una nueva vivienda deberían conseguir dinero para mejorarla aún más. Pero descansaron de sus ya mediatos pensamientos al ver ese gran parque, el pasto reluciente que resaltaba en esa gran casa, pensaron en la comodidad actual, ya no necesitaban imaginarse qué harían, ahora adoraban la hermosa consecuencia de la horrible muerte de los padres de Jim. "Más allá de toda nostalgia" - pensaba Jim - "...más allá de toda comodidad, más allá de cualquier sueño, no puedo olvidarme de mis padres, qué horrible momento pasé, pero no quiero olvidarme de cómo me sentí, quiero recordar y rezar, quiero demostrarles que los extraño. Quiero amarlos y hacer 'un minuto de silencio' o por lo menos algo que demuestre mi amor incondicional". Entonces se aproximó a su mujer, le dio un 'en ese momento' extraño beso en la mejilla susurrándole al oído: "No me esperes, almuerza sola". Y partió, quién sabe para dónde, quién encuentra algún motivo, quién entiende esta paradoja, Jim era muy sensato, indudablemente ERA, ahora había tomado su decisión... ya no regresaría, nunca más.

sábado, 13 de abril de 2013

Warning!

Antes de seguir escribiendo (aunque haciéndolo) te quiero aconsejar que no sigas leyendo, si la historia de este hombre se asemeja tanto a tu realidad, puede ser peligroso y hasta catastrófico para tu vida. Perdoname si insisto, pero no es un chiste, las letras pueden terminar con alguien, por más bueno que éste sea.

Norberto Nogar era un hombre con coraje, la cual era su mejor virtud, en verdad era también egoísta y sádico pero se lo conocía por su inmensa valentía y a pesar de ser refinado, se lo conocía por malévolo e infeliz. Perseguía su voluntad de explorador, era viajante y su único objetivo era recorrer todo el mundo, deshaciéndose, si tenía oportunidad de hacerlo, de cuántos se interpusiesen en su camino. Ese día había ideado un plan que comparten muchos viajantes, era de noche y juró que eliminaría a un antiguo enemigo; aunque si vamos al punto, el plan de los viajantes consistió y consiste en divagar, mientras la luna lo desvele, por el bosque contiguo a su lecho nupcial. Recorrió a pie varios kilómetros de pasto, de hojas, de tierra; y también (ya me había olvidado) no podemos evitar contar su casi sobrenatural estado físico. Estaba dispuesto a encontrar al enemigo que había terminado con su juventud, que (aunque el viajante no lo sabía) fue quien había provocado que inconscientemente Norberto se instale en esta tarea tan vil. No puedo evitar comentar que camino a su objetivo, pudo (sin mucha dificultad) degollar a dos gallinas para alimentarse, después de horas sin haber probado bocado. Llegó a la mitad de camino cuando amaneció, no eran más que las 6 y el sol ya salía de su escondite. Quería (por si no quedó del todo claro) encontrar la hostil vivienda de su enemigo, todavía no había llegado, faltaba por recorrer todavía un largo tramo de ese vasto bosque. Lo quería asesinar, pensaba mientras caminaba: ¡Si él está muerto, estamos salvados, la muerte no me deshonrará! ¡Yo lo mataré y seré reconocido por todos, seré famoso!. Pero buscando otra vez, habiéndose a veces olvidado, el nombre de tal siniestro enemigo, se acordaba que no tenía un nombre fijo, se acordaba que éste variaba, se acordaba que al principio del cuento, alguien que escribiera su historia en papel lo revelaría, contaría la verdad, contaría que él alguna vez fue asesino, Norberto se acordó que su próxima víctima, que su hostil enemigo, no era más que el lector. Simplemente porque había seguido leyendo, no se había parado después de leer la primera oración. Nogar no tenía personalidad, es importante destacar esto porque cuando se hospedaba debajo del árbol tenía miedo, tenía rencor contra el lector, quien sabría que era asesino, quien lo descubriría y quien notaría su hostil resentimiento. Pero no tenía personalidad porque era convencido muy fácilmente, era persuadido por quiénes lo odiaban, el lector llegó a leer esta historia porque ahora lo odia al viajante, entonces Norberto se ocupará de deshacerse del mismo, de esta "vil" persona que está leyendo, quien tanto lo aborreció y ahora lo quiere ver muerto. Se daba cuenta, ya no lo estaba matando el bosque ni la supervivencia, ni siquiera la vejez, porque si quería morirse con ayuda de ésta tenía todavía que esperar en verdad muchos años. Ya estaba acostumbrado a caminar asiduamente por esos caminos sinuosos que llevaban siempre al mismo lugar, pero él no moría por cansancio, siempre fue un avezado caminador y viajante, valga la rebundancia. Él se estaba dando cuenta, se estaba percatando que era el lector quién estaba terminando con su vida, era el lector mismo quién ahora lo estaría matando enterándose de todo lo espantoso que hizo en gente inocente y querría haber hecho. Entonces ya no podía caminar más, se estaba deteriorando como tierra bajo lava de volcán. Y ahora, por otra parte, el lector ya lo sabía, se había enterado por medio del escritor de tal horrible cuestión, de que tarde o temprano él mismo (me refiero al lector) lo estaría matando sólo por leer este texto. Y entonces Norberto se acordó, antes de irse para siempre de este mundo, del primer párrafo de su metafórico testamento, se acordó que el lector hasta pudo atravesar un paso importantísimo, el temor a seguir leyendo. Entonces cayó al piso, aún vivo, o eso creo. Porque realmente no sé correctamente el final de esta historia, aunque en este caso me tocó a mí pasarla en limpio; hay versiones distintas pero todas llevan a un todo, sabíamos quién era Nogar, sabíamos cuán despiadado era, pero ahora nos toca enterarnos de su último objetivo: Había dejado escrito, cuando en el piso agonizaba, que fuiste valiente, ¡sí! Que fuiste, que el lector fue muy valiente al terminar de leer esta historia, aunque lo habíamos advertido del peligro de que lo hiciera. El lector continuó, continuaste sin temor, entonces unas felicitaciones no bastan, pensaba y odiaba, pensaba y odiaba... hasta que cesó de respirar.

lunes, 1 de abril de 2013

Traición

Estábamos a sólo unos segundos de abrazarnos, todavía no nos habíamos visto, era total, inmensa la ansiedad. Estábamos impulsados por el poder del amor, ningún rencor por ninguna parte, nos queríamos tanto y no nos veíamos hace mucho tiempo. Pensaba abrazarla fuerte y no soltarla, que su cuerpo permanezca entre mis brazos y por un largo tiempo, después hablaríamos. Extrañaba su sonrisa, su llanto y cualquier otra cosa que se le parezca, yo la amaba. Caminaba con paso rápido a través de las calles con olor a olvido y nostalgia, ¡Hace tanto tiempo no visitaba ese lugar, me encantaban las calles, deseaba hospedarme en este barrio sombrío pero hermoso, quería permanecer allí por cuánto tiempo me sea concedido! ¡Cómo creció tanto, pero el aroma seguía seduciéndome!. Aunque distrayendo mis pensamientos por unos segundos por el barrio, después volvía a las ganas de estar con ella; ¡la quería abrazar! ¡la quería amar más que nunca!. No llegaba más, no nos encontrábamos: Entré a desesperar y encontré en éstos los minutos más largos de mi vida; entonces en ese momento me acordé del destino. ¡Sí!, ese maldito destino que nos había separado porque tuvo que ser así, parecía todo ideado para no volvernos a ver, pero ahora lo sabría, ahora la vería y me reconfortaría, me fortalecería. "¡Una cuadra y no más!" pensaba yo, "Tengo que ser optimista, no pasó nada malo". Pero ahora trotaba cada vez más rápido, el silbar del silencio me llenaba de miedo, de infelicidad, alejarme de esa mujer había sido destructivo, estoy seguro que aunque yo hubiese estado quieto, mi corazón no ralentizaría su ritmo. Las olas del tiempo hacían que recuerde la vejez, ya no era el mismo, ya había envejecido y ella también, su mirada hacia mi podría haber cambiado, éramos totalmente distintos. Sentir la horrible punta de una rama en mi hombro y la mirada hostil del viejo sin techo al que siempre difamé, me dieron a entender que no habría ningún milagro ni esperanza, ningún otro saludo cordial del barrio, ya no tiempo de amar a nadie ni esperar ser amado por quién no amé. Sólo me quedaba ella. Sí, sólo esa muchacha con aire de comprensión y solidaridad, quién tanto me amó y ahora está de vuelta, para que la vaya a buscar.

viernes, 29 de marzo de 2013

Somos todos diferentes, pero iguales

Apenas crucé la calle lo vi, era una subespecie extraña del ser humano, o sea parecía el primer intento de creación de la especie. Tenía la cabeza muy grande, aunque creo que ahí adentro sólo podremos encontrar excremento e inutilidades. Me acerqué con miedo, en verdad parecía un mono, ¡Ya me daba cuenta! ¡No todas las exageraciones por la tele eran falacias, nos parecemos mucho a los monos!. Pero me daba cuenta que no era un mono, no me miraba con tono indiferente, me miraba con inquietud, parecía tener inteligencia. Parecía cuestionarme, recorriendo mi cuerpo con sus patéticos ojos; con su mirada hasta llegué a pensar que el raro era yo, que yo era quién no concordaba con el mundo y yo solo era llamado "el loco", ¡Qué locura! ¿No?. Desde luego yo me quería convencer que el excéntrico era él, entonces recorrí la cuadra con la mirada, con un tono de desdén, con simple dejadez porque yo estaba seguro, ¡Él se veía como un animal!. Entonces observé a los muchachos de esa cuadra, efectivamente todos eran como yo... ¡Qué salvación!. Pero pude darme cuenta que ninguno de los transeúntes lo miraba extrañado a ese ser tan horrible y fuera de lo común, todos parecían aprobarlo, lo miraban rápido y seguían caminando, dejando por el barrio cuántas huellas puedan para no ser olvidados, dirigiéndose hacia su inmediato destino. Entonces me puse a pensar, ¿Quién estaba juzgando? ¡Yo! ¿Y quién era yo? Uno más de los transeúntes pero con alto ego, creyendo ser mejor que los demás. Y simplemente en ese día me di cuenta que no todos somos iguales, que si no sería aburrido, que hay que respetar el semblante del otro porque éste fue otorgado por Dios, sin más vueltas, y que nadie es mejor que el de al lado, somos todos iguales a los ojos de Dios.

sábado, 2 de marzo de 2013

Step, another one?

Estoy al borde del precipicio; estoy en problemas, si avanzo me caigo quién sabe dónde, al vacío supongo. Pero esta tal vez no es la peor opción, esto es lo más duro de entender. Si retrocedo pierdo todo vigor, me debilito rápidamente y me frustro y me muero por dentro. Estoy pisando fuerte sobre rocas, no voy a aguantar mucho tiempo, la planta de mi pie está raspada y sangra demasiado. ¿Entonces a qué me aferro? Si mi esperanza quedó atrás, si mi única ansiedad es elegir lo que actualmente me perturba en la cabeza. ¿Y ahora qué hago? Si mi corazón está todavía terriblemente lastimado, y esperaba vivir más para perdonar mis pecados y limpiarme por dentro. ¿Y a qué me aferro? - A la voluntad del señor - escuché una respuesta lejana. ¡¡¿Qué?!! No, a eso no!!, ¡A mi vida! ¿Por qué no? Si vale mucho y... Era lógico y plausible, había empezado a sentir amor por todos, haría caso a esa voz que me decía que era importante, y entonces ahora entendía, mi vida en realidad no valía nada, y yo era un egoísta. La voluntad de Dios me decía todo, todo cuánto debía realizar.

martes, 26 de febrero de 2013

El destino

Ellos actuaban otra vez pero seguían bailando con la música a todo volumen. Intercambiaban miradas breves pero profundas y seguían haciendo lo que hacían. Ella y él se miraban todo el tiempo, preguntándose por adentro qué estará pensando el otro o la otra de él o ella, respectivamente. Pero aunque se intercambiaban sonrisas y miradas, no se acercaban, estaba cada uno completamente aislado del otro. Ya con un poco de vergüenza por las dos partes empezaron a evitar mirarse, tratando de que desaparezca esa unión recién creada solamente por las miradas recíprocas. Ciertamente la monotonía del show hubiera sido agotadora para ambos, pero ahora estaban concentrados en algo más interesante, en esa persona. Rato después la mujer decidió por cuenta propia alejarse de él, no parecer interesada. Total, como ella decía, no iba a terminar en nada. Por otra parte el muchacho esperaba que ella le empezara a hablar, parecían estar cambiados los papeles de mujer y varón (El muchacho esperaba y la mujer no quería nada con él, o era lo que ella creía). Raramente, como nunca pasa en la vida real (tal vez un poco en las películas), ocurrió algo desesperante, pero no para ellos. Hubo una explosión fuerte en la cocina y rápido se pudo ver que un fuego vivaz llenó de espanto la habitación. Él necesitaba esconderse en la habitación contigua a la sala del incidente, no saldría rápido porque necesitaba buscar un par de cosas que había llevado a la fiesta: "Si vamos a abandonar la fiesta, yo no me voy sin mis cosas" pensaba. Cerró la puerta para acurrucarse en sus pensamientos y apartar de sí esos ensordecedores sonidos onomatopéyicos que provenían de afuera, pero sin casi poder creerlo se encontró, mágicamente, se encontraron él y ella. Los dos habían tenido la misma loca idea, the fate los había llevado a los dos a la misma habitación y ambos querían eso. Sólo para conocerse, es cierto, pero mientras los demás corrían como ratas asustadas, ellos estaban solos en esa habitación. Previamente se habían querido apartar, ¡Es cierto! Pero parecía que estaban hechos uno para el otro. Ella tenía que estar con él y así sucedió...

miércoles, 13 de febrero de 2013

La modestia

Estaba sentado plácidamente en mi sofá cuando lo escuché, oí un sonido cerca de mi habitación, un ruido extraño, difícil de describir. Se podría decir que era parecido a un aullido de lobo mezclado con agonía y dolor, un ruido fuerte y espeluznante. Opté por ir a mi habitación para enterarme qué era, ¿Provendría de ahí ese ruido estrafalario? Pronto lo averiguaría. Hice caso omiso a atender el teléfono que ahora estaba sonando, no sin antes ver quien era para buscar una excusa rápida cuando llame de nuevo. Estaba asustado, no quería ver algo en mi habitación, pero el ruido había sido muy claro, ya estaba escrito, algo debería pasar en ese momento. Entonces me asusté, ¡Sí! Me asusté demasiado al ver una sombra antes de llegar a la habitación. "Es la sombra de alguien muy alto" pensé "...demasiado". O me estaría engañando porque la sombra se veía alta ya que la luz estaba baja, o tenía razón y era alguien a quien temerle (Obviamente pensando que si me toparía con él, éste pelearía sólo con su cuerpo, en cambio si tuviera algún arma de fuego, yo no tendría chance alguna). Pensé de nuevo en esa no rara posibilidad "Puede tener un arma, es lo más probable", entonces retrocedí como una liebre asustada. ¡Le agradecí a mi codo por hallar la respuesta! Éste chocó con una herramienta temible, algo que yo tenía colgado en la pared, sólo permanecía erguida porque estaba colgada a un hueco de la pared. ¡Sí! ¡Eso era! Un hacha fue la que cayo y me hizo un tajo en la piel, en la parte exterior del fémur. Pero la sombra se hacía cada vez más alta, ¡Estaba entonces más cerca! Agarré el hacha cautelosamente, pero sin evitar que el sofá que descansaba atrás mío sea rasguñado por ésta (Producto de un rápido roce). Estaba asustado y mis actos lo reflejaban, ¡Hacía todo demasiado mal! ¡Era muy intelectual! ¡Tal vez era una amenaza a mi vanidad! ¡No debía ser tan soberbio! ¡Ése era mi castigo!. ¡No! No lo creo, soy bastante bueno, demasiado. Entonces pedí perdón con voz alta, no importaba que me escuche, ya moriría, sólo quería perdonarme conmigo mismo. Pero por suerte no fue así, mi muerte ya no era inminente, gracias a mi inteligencia logré alejar a esa silueta, a esa figura indistinguible y logré pensar, ¿Qué será? Me dijeron que si continuaba con ese carácterantimodesto las pagaría caro, pero ya no creo, no les creo nada. Yo era muy supersticioso, ¡Ya no! Ahora estoy seguro y seguiré con mi soberbia.
¡Ay! ¡Me acaban de clavar una flecha! ¡Justo en este instante! ¡Justo ahora que estoy escribiendo! ¡Esto se convertirá en mi testamento! ¡Qué horror! ¡Realmente estoy asustado! ¡Moriré pero tengo el tiempo para terminar de escribir! A ver... ¿Qué dice la flecha? No quiero separarme de la hoja que tengo en la mesa, es mi único pasatiempo, mi único amor, no quiero separarme de la escritura. Pero leo lo que dice, en letras borrosas, aunque nadie puede no leer lo siguiente: 

"Hombre, te lo habíamos advertido"
firma: La modestia

miércoles, 23 de enero de 2013

El ánimo y el orgullo

No podía quedarme tranquilo, íbamos a dar un paseo en familia por todo el día. El problema no era que lo haríamos, si no, que tendría que llevar eso conmigo. Mi padre me lo había dicho, me había obligado a que lo lleve, si hacía caso omiso estaría muerto. Me encerré por unos instantes en mi habitación, no lo quería llevar, eso otro me impedía que lo hiciera. Me mordí los labios, eso otro era mucho más ameno que eso, aunque es cierto, me habían dicho que me desprenda de éste. Agarré mi mochila, eso otro no pesaba nada, en cambio eso sí, pesaba mucho, me era casi imposible llevarlo conmigo. Cuando me di cuenta mi mochila no pesaba nada, estaba aliviado. Pero rápido me percaté de lo que había pasado, había dejado caer eso, me decepcioné por unos instantes, me había creído fuerte, por un momento llegué a creer que podía soportar eso en mi espalda, eso tan pesado. Rápidamente me di cuenta el error, quería que ocurra, quería desprenderme de ese otro y apropiarme de eso, esto me haría bien. Claro! Lo que quería era tener eso, sería muy pesado al principio, debido a mi personalidad, pero después me olvidaría y sería fructífero.

lunes, 21 de enero de 2013

Un caso cerrado

22/2        Jeff miró su mesa de luz, había un papel doblado, parecía importante. Lo desdobló rápido, lleno de intriga. Pero fue una decepción para él encontrar una frase impresa en éste: 
"Ruben trata de asesinarte, ya sabes qué hacer. Abandona todo, si no lo haces te arrepentirás"
Antes del próximo día Jeff le preguntaría a su esposa si sabía algo, si estaba enterada de lo que él encontró, pero ella no le llevaría el apunte. Contestando con un vago tono mordaz: "Tonterías...". El pensamiento de enseñárselo a su esposa se desvaneció en su mente cuando se percató de la personalidad de ésta última. 


23/2        Jeff llamó a Rubén, su jefe, no atendía, llamó una y otra vez porque sus vacaciones estaban llegando a su fin. Lo quería saludar, había estado cinco semanas de vacaciones y estaba satisfecho de eso, como de haber trabajado tanto tiempo con un jefe tan honesto y comprensivo. Tenía deseos de saludarlo ahora, al regresar del viaje, no tenía otra cosa más importante para hacer. No había visto a su esposa desde el día anterior, eran las 11:00, su mujer estaba de compras desde temprano, Jeff estaba sólo. Estaba medio nervioso, el jefe no contestaba, Jeff ahora estaba asustado, se preocupaba por estupideces. Se tranquilizó, aunque sabía que su jefe siempre atendía el teléfono, quizá ahora tendría razones para no hacerlo. Recorrió su habitación con la mirada para encontrar algún pasatiempo, no lo había, lo único importante para él era el trabajo, por unos instantes se decepcionó de ello. Luego se puso firme a sus intereses, él trabajaba mucho, todos los días, sin excluir los sábados y domingos. Se dirigió a la cocina, se había despertado tarde, quería comer algo y acostarse otra vez. Se hizo un sandwich de lomo y se acostó de nuevo, según lo previsto. 

Los siguientes hechos ocurrirán sin que Jeff se entere de lo mismo, él estaba durmiendo; había, sin quererlo, tomado líquido para dormir, metido en el vaso que su esposa dejó encima de la mesada:

- Katty, la esposa de Jeff, quien ahora era asesina, entró a su casa y avanzó cuidadosamente hasta llegar a su habitación, donde Jeff dormía plácidamente. Tomó el revólver que guardaba en caso de emergencia, jaló el gatillo dos veces contra su cama. Jeff ahora estaba tendido en la cama, de nuevo dormido. 
Se escuchó entonces un golpe, la puerta de entrada había chocado contra la pared, y un hombre se hallaba tieso en el umbral, era Rubén. "¡Muy bien querida!" - ahora se dirigía a Katty. Se escucharon otros dos disparos y ahora un silencio espeluznante. A Katty le salió una lágrima del ojo, había matado a Rubén, el jefe tan querido, pensó en ir corriendo y explicarle todo a la policía. A un paso de abandonar la casa y todavía mirando la cara del jefe, se dio cuenta que éste usaba peluca y anteojos falsos, no era Rubén. Un instante de alegría hizo que a Katty se le dibuje una sonrisa en la cara. Éste hombre había ordenado y obligado a Katty a matar a su esposo, pero... ¿Por qué?, Katty no lo podía entender. Gracias a la valentía de Katty, Jeff seguía con vida, los disparos de su esposa habían impactado cerca de él, pero ni lo habían rozado. Katty planeó todo deliberadamente, ahora se convertiría en una héroe.  

domingo, 13 de enero de 2013

Inconsciente Mentira

Llegué a mi escuela, donde se disputaría un torneo de ajedrez, yo estaba de vacaciones. Rondando por los pasillos había muchos compañeros míos, profesores y amigos de otros cursos. Subí rápidamente las escaleras ansioso por llegar al área de juego y saludar a quienes estaban dentro. Mi ambición decayó un poco al ver a Freddy Web, mi gran enemigo; era un hombre temible, muy corpulento y se burlaba de todos. ¡Es cierto amigos! yo era bastante temerario, pero su actitud superior me enceguecía, y hacía que mi deleite por el ajedrez disminuyera. Además era tedioso, muy molesto, en verdad nunca entendí cómo tenía amigos. Era también muy alto para mí, Sí! en ese momento que teníamos la misma altura él empezó a crecer sin detenerse, y yo quedé estancado en el piso. El torneo se disputaría en el aula siguiente a la nuestra, en cuarto año, con orientación "computación". Entre al aula y me senté en uno de los tableros de ajedrez ya preparados, había casi 40 tableros en esta aula gigante. Empecé a mover los trebejos de manera imprudente, tal vez ya empezaría el torneo y yo seguía desordenando las piezas. Sin despegar la vista del tablero de ajedrez escuché un ruido inhóspito en la silla de enfrente. Ya habiéndolo reconocido por su apariencia, levanté la vista de manera uniforme y lo vi, era él, mi actual enemigo. ¿Qué haría sentado allí, me volvería a molestar? Nunca había utilizado la violencia contra mi, pero su inagotable burla me enloquecía; por otra parte me atormentaba su cinismo para cosas significantes, y su semblante honesto para con los directivos. ¡Confiaban siempre en él!
- ¿Me vas a molestar de nuevo? - atiné a decir haciéndome el héroe, todo en ese día era perfecto, lo tendría que sacar del medio.
- Je Je - se puso de pie - ¿Ya no me tenés miedo?
- Nunca lo hice - contesté firmemente
- pues bien - dio un puño fuerte en la mesa - veamos si es cierto. Te espero afuera, después de terminar el torneo, no sé jugar muy bien al ajedrez pero hoy me voy a divertir con vos
- No me asustas - dije rudamente, con cara de enojo.
Él se sorprendió, tal vez pensaba que me había drogado, que tenía algún arma, yo estaba completamente tranquilo. 
Freddy no era mi rival, no me tocaba jugar contra él, todavía no había empezado el torneo, sólo estaba estorbando en ese lugar. 
- Bueno, acá termina tu juego muchacho, morirás - me susurró. Escuché el ruido de un golpe suave, el rey de ajedrez no estaba en su lugar, no estaba en el tablero, Freddy lo habría tirado. ¿Era sólo para asustarme? No me importaba, no sentía miedo.
Me puse a pensar detenidamente, ¿por qué lo dijo? "Aaaaaah, ahora caigo" pensé "Es un sueño, estoy soñando". Me alegré un poco sabiendo que mi sueño podía ser disfrutado como yo quería, me vengaría, aunque en mi sueño. "Ese torneo de ajedrez no era real, nadie juega en mi escuela". "Es cierto que en las vacaciones llegaba un campeón ajedrecista pero..." Seguía meditando, ya no me importaba, estaba soñando, lo único que quería era vengarme, Freddy estaba ahí, sentado frente a mí.
Agarré la parte de abajo de la mesa, como para ayudar a levantarla si alguien lo precisara. Pero esta vez no había nadie tratando adrede de levantarla por el otro lado. Entonces deliberadamente empujé la mesa para arriba y adelante, para impulsarla contra él. Me sentía muy satisfecho, lleno de fuerzas, aunque sabía era un sueño...
Freddy había puesto las manos adelante y en forma de cruz para defenderse, tenía los ojos cerrados. Fue con el cuerpo para adelante y así perdió el equilibrio, él cayó al piso y quedó en posición de gato, caminando con las cuatro "patas", el respaldo de la silla tocaba el piso.  Los trebejos habían precipitado fuertemente contra la silla, quedando en ésta algunas piezas, pero en el piso la mayoría.
Freddy vio mi pierna por abajo de la mesa y se animó a darle un fuerte golpe con su mano hábil. Era mi pierna izquierda la que quedaría indefensa, la levanté antes que llegue a golpearme y le pisé la mano. (A propósito, en la sala no había ningún directivo, nadie avisaba, todos los estudiantes estaban contemplando mi grandiosa hazaña, todo salía de perillas). Por último le arrojé mi silla a su cabeza, contentándome por ello, había quedado un tanto inconsciente. Ahora ese sueño se había hecho muy ameno para mí.
Este momento fue desagradable, estaba intentando despertar, sin éxito abandoné la habitación antes que reaccione y me dirigí derecho a mi casa. ¿No podía despertar? ¿Qué ocurría?


- . - . -

A la mañana siguiente, un ruido muy desagradable me hizo despertar, mi mamá estaba arreglando el teléfono al lado mío. Fui a la escuela, ahora se daban los exámenes de Diciembre, por cierto a mí no me correspondían pero quería saber una vez por todas qué había pasado; intentaba recordar pero ahora no estaba seguro que haya sido un sueño. Llegué y fui derecho a las escaleras, las mismas que había subido la otra vez. Rápidamente todas las chicas se movieron a los costados de ésta, al unísono, para darme paso. - Gracias - les dije. Escuché una única respuesta: - Estúpido. Me quedé estremecido por esa contestación, di media vuelta y pregunté: ¿Qué me dijeron? - Estúpido - contestó de nuevo la misma voz que antes, cuando me di cuenta quien era, giré la cabeza hacia ella, no paraba de mirar el escalón. Creí que me estaba cargando, era una sola y, cuando lo dijo, todos la miraron sorprendidas. Volví entonces mi rumbo hacia los escalones de arriba para seguir subiendo, "Has atacado a mi primo". 

¡AHORA LO ENTENDÍA PERFECTAMENTE! CIERTO!!! LA OFENSIVA DAMA ERA PRIMA DE FREDDY, DESGRACIADAMENTE NADA HABÍA SIDO UN SUEÑO...

La temible confianza

La respuesta anterior me había resultado equívoca, fue una tenue distorsión a mi inteligencia. El muchacho estaba sentado allí, que por cierto yo aseguraba, era el asesino que nadie quería reconocer. Mi intelecto parecía decaer a causa de mis nervios y el sentido que yo le daba a la investigación era serio, muy serio, tal vez mortífero. Mi respuesta siguiente había sido vana y poco convencional, mas segundos después recordé que yo soy el detective, por ende yo debería hacer las preguntas, no al revés. Mi impaciencia entonces llegó a su límite, era astuto, muy bueno, no se inmutaba con mi temible cara, la cual hacía que la confesión sea inminente. Era simplemente una filosofía de miradas y a pesar de mi talento innato de detective, me ganaba el juego. Me cansé de él y de que crea que no soy un buen chantajista, me levanté rápido de la silla con un movimiento brusco (inmediatamente un ruido fuerte llamó la atención y la silla quedó recostada en el piso de mármol), así demostrando que el lugar de interrogación era ya trivial para mí. Pero en ese momento me acordé del carácter de mi jefe, deseando aún que no se enojara por el estropicio que hice al dejar caer la silla; o que me perdone, acordándose de los años que me tuvo como secuaz. Lastimosamente mi premonición llegó a ser verdadera, mi jefe me retó de forma breve: "¿Qué has hecho?" Me susurró "Me harás perder prestigio", aclaró. Mi concentración seguía atónita en el hombre casi-encarcelado, todavía necesitábamos pruebas, y él estaba muy tranquilo, él sabía todo, había (En mi opinión) hecho desaparecer todas las pruebas posibles.
Deslizaban por mi cabeza palabras para emplear, nombres extraños con cuales chantajearlo, pero mi chantaje nunca había llegado muy lejos, ya que si era así me correspondería estar en la cárcel, y no acá, interrogando
Lamento contarles el final antes de que deba llegar a él, según las líneas que faltan por leer. Pero aquí les dejo mi desenlace bien remarcado. Si bien es cierto, y mi enemigo era ladrón, a mí me esperaban algunos años a la sombra, a mí me tendieron una trampa mediante los testimonios de aquel hombre, y por desgracia yo también tenía que permanecer mudo, sin defenderme, porque (según decían) yo era terriblemente mentiroso, corrupto y chantajista. Mi semblante estaba rojo cuando mi jefe me lo comunicó con una mueca de disgusto, pero yo debía proceder, no me quedaba elección (De cualquier manera era poco tiempo que debía estar bajo rejas). Ahora lector, ¿Está usted sorprendido? ¿Sí? Pues lo entiendo, mi respuesta ha sido muy poco clara (Si es que había más del cero por ciento que se entendía). La cuestión de mi arresto es la siguiente: 
Yo solía chantajear a mis contestando para sacarles información, me divertía haciéndolo y me elogiarían los agentes policiales por haber hecho confesar a la persona (lo hacía diciéndoles que les dejaría menos tiempo encerrados, y que igualmente todos se habrían enterado de su culpabilidad, y gracias a mi tono honesto, cedían sin pensarlo, quiero que quede explícito que lo hacía con métodos ilegítimos); pero mi aventura terminó en aquel miserable día. Habían instalado un reproductor de sonido a pocos metros míos para, como usted entenderá, grabarme. 
No era muy difícil demostrar el chantaje, sólo debían reproducirlo en frente a los policías que me creían inocente y así descubrirme. Oh, sí!, Sí! Así lo hicieron!, y en breve me coloqué por primera vez la vestimenta de presidiario sin poder probar mi inocencia.

Ahora, acompañado de mis más terribles sollozos, me gustaría averiguar una pregunta crucial... 
¿La confianza es justa?

lunes, 7 de enero de 2013

Réquiem para la avaricia

Echó una última mirada a sus tazas, reliquias de oro y piedras preciosas. "Nunca fui tan desafortunado" Se decía para sí, pensando que nunca olvidaría ese dinero en piedras y objetos. Se destinaba a salir de su escondrijo, el cual lo había secuestrado por más de 20 años, el oro, el dinero. Llorando salió del lugar maldiciendo a su familia, quien lo había convencido de dejar "todo" e irse a vivir a otro país (Donde, como decían sus familiares, no iba a tener dificultades para controlar la avaricia, no porque fuera pobre el país, si no porque se separaría de todo eso y al fin lo olvidaría).
Estaba lleno de furia y sufría porque pensaba que lo extrañaría a tal punto que tendría que volver.
Le faltaba nada más media hora para despedirse de todos esos objetos tan valiosos y llevar una vida feliz. Pateó con fuerza nada menos que una silla de oro macizo y cuando ésta rodó por el suelo se acordó, viéndola ahora, de la estatuilla de un revólver que pesaba 80 libras esterlinas.
Trataba y trataba en vano de olvidar, ¡Sí! de olvidar toda la mercancía y el dinero que había en ese palacio, donde por cierto vivía él sólo; ya que él mismo había defenestrado meses antes a sus secuaces y sirvientes.
Desafortunadamente, después de pensar mucho tiempo qué hacer, terminó por abandonar la misión de olvidar, y de esperar a vivir una vida feliz.
Cuando abandonó el edificio se dirigió con su avioneta al medio del desierto, donde horas después lo encontrarían muerto, ahogado en un pozo, y en su mano abierta se podía apreciar una pequeña estatua.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Con su borrachera

Escuchó otro ronroneo de gatos. Tirado en la calle apoyado en la puerta de una casa antigua no percataba qué podría estar pasando, se escucharon dos o tres maullidos seguidos, pero no se quería levantar, estaba borracho y cansado pero sin poder pegar un ojo con este miedo que lo sacudía. A esas horas nunca oía algo similar ya que los gatos estarían dormidos, pero esto fue diferente. Tenía miedo de levantarse e investigar mas también de cerrar los ojos y olvidarse. Tomó una decisión rápida, agarrarle el cogote a la situación, se levantó y marchó rápido hacia donde yacía el ruido. Eran sólo ronroneo de gatos pensaba, pero me asusta. De repente la oscuridad lo inundó en pensamientos horribles, inimaginables. "Levantarme fue mi ruina" pensaba y se lo repetía en la cabeza por cada paso que daba y el miedo seguía apoderándose de él, estaba todo oscuro, casi no se podía ver.
Decidió por dar media vuelta para regresar, al hacerlo una luz lo dejó ciego, era un auto que tocaba bocina desesperadamente, quién más adelante lo dejaría sin vida ya que los frenos no reaccionaban.

El gato era debido a su borrachera, y el susto por éste era correcto ya que nunca había gatos en este lugar. Siempre estaba tirado en el lado de afuera de una casa abandonada apoyado en la puerta de ésta. Esta es la explicación que puedo desencadenar de este extraño hombre que años después aparecería en mis sueños reprochándome que no lo ayude con su borrachera