Mostrando entradas con la etiqueta Textos para pensar. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Textos para pensar. Mostrar todas las entradas

sábado, 2 de marzo de 2013

Step, another one?

Estoy al borde del precipicio; estoy en problemas, si avanzo me caigo quién sabe dónde, al vacío supongo. Pero esta tal vez no es la peor opción, esto es lo más duro de entender. Si retrocedo pierdo todo vigor, me debilito rápidamente y me frustro y me muero por dentro. Estoy pisando fuerte sobre rocas, no voy a aguantar mucho tiempo, la planta de mi pie está raspada y sangra demasiado. ¿Entonces a qué me aferro? Si mi esperanza quedó atrás, si mi única ansiedad es elegir lo que actualmente me perturba en la cabeza. ¿Y ahora qué hago? Si mi corazón está todavía terriblemente lastimado, y esperaba vivir más para perdonar mis pecados y limpiarme por dentro. ¿Y a qué me aferro? - A la voluntad del señor - escuché una respuesta lejana. ¡¡¿Qué?!! No, a eso no!!, ¡A mi vida! ¿Por qué no? Si vale mucho y... Era lógico y plausible, había empezado a sentir amor por todos, haría caso a esa voz que me decía que era importante, y entonces ahora entendía, mi vida en realidad no valía nada, y yo era un egoísta. La voluntad de Dios me decía todo, todo cuánto debía realizar.

viernes, 1 de marzo de 2013

Reflexión

Quizá pida mucho, tal vez poco, pero quiero que abran sus cabezas y se acuerden de ese momento horrible frente a la pantalla. Escuchando a un tipo no sólo decir boludeces sino también metiéndonos en el poco cerebro que tenemos para elegir las cosas, la poca información que puede inventar, por cierto desastrosa. Yo no quiero nombrar a nadie, ¡No! Pero es horrible cambiar de opinión sin querer, respecto a un tema sólo por escuchar a esa persona que alguna vez te hizo reír (Y por eso creer que es un gran sabio). Lamento decirles, el tiempo de aprender ya terminó, o ya debería ir terminando para los que quieren in o no in formarse viendo o leyendo esto. Si seguís pensando hacerle caso a las estupideces que te plantea ese, hasta tal vez analfabeto de la pantalla que empezó a hacer videos sólo por su enorme ego; otra vez, lamento decirte, vas de mal en peor. Arriésgate, eso sí, pero para el lado correcto, por favor. ¿Cómo explicarte que ese tipo que insulta a sus contrarios no tiene nada más en la cabeza además de excremento que adoptó de chico? Y en verdad nos interesa lo que dice porque nosotros no hacemos lo que a él le parece mal hacer: "... que tal o cual persona lo hace seguido porque es un...!!"
Verdaderamente ya no es un pobre tipo (lo son los que lo escuchan si llegan a creer en lo que dice), lo que hace lo eligió, lo era cuando lo veías de pequeño aprender esto por algún otro estúpido (A quien no tardaría en imitar). ¡Seguro que esto que digo alguna vez les pasó! Tal vez por intriga, por los chistes que hace ese enfermo o por alguna otra cosa. Pero se terminan ustedes indignando si en tu casa tus padres te aman y te educaron tan bien que te das cuenta a tan corta edad que lo que dice este degenerado es, a fin de cuentas, una terrible mentira y una espantosa celada a la sociedad. 
Tal vez se enteran de quién hablo si escriben comentarios...

sábado, 23 de febrero de 2013

¿No te escuchan? Buscá a alguien de tu edad

Te sugiero que los sueños del pasado se conviertan en reales, ahora, en el presente. Para eso, y sé que es lo que buscás y lo que querés, te tendrás que esforzar como nunca, cualquier campaña que emprendas será una experiencia única. Entonces sólo arriésgate, sé que es difícil y que lleva mucho tiempo hacer las cosas bien, pero nunca te arrepientas de la decisión que te llevó a ese camino. Aunque acordate, nunca dejés de soñar, mirá siempre al futuro con una visión optimista, porque llegar a éste y recordar tu vago pesimismo y las ganas que tenías de no vivir, es lo más decepcionante que te puede pasar. Entonces siempre verás lo divertido que estabas en tu infancia o pasado, pero es muy importante mirar al futuro de lejos todavía sin amarlo, tratando de que sea glorioso. Ya que si esperas siempre crecer, ya que si tu única admiración por los adultos es simplemente por su edad, te vengo avisando, estás perdido, muy alejado de la verdad. Poniendo en este momento una opinión personal, diría y digo que veo más felices y mejores ejemplos a las personas que viven felices su edad, cualquiera que fuere, sin aborrecer a otros por envidia o recelo. Porque ellos esperarán y siempre los verás felices, sin preocuparse por lo que ahora no importa. Y aunque te crean más chico, ¿Qué importa? ¿O crees que es un pecado tener pocos años?. Todos fueron chicos alguna vez, ¿No? 

miércoles, 20 de febrero de 2013

El rencor

El rencor nace del alma, dice bien quién eres. Si le guardas tanto rencor a una persona y la maltratas por lo que te hizo quién sabe cuándo, y tal vez sin siquiera querer lastimarte, se darán cuenta de la persona que sos y de lo que podés dar a la gente. Pero si tratas de olvidar, si te rompés la cabeza para perdonar, aunque tácitamente, a la persona, estarás mucho mejor con vos mismo y tarde o temprano vas a empezar a amar más a la gente. Tendrás mucho más pensamientos positivos que ahora y quiénes te rodean te verán como un ejemplo. Así que esfuérzate, siempre trata de mejorar y reúnete con las personas que te ayuden a lograrlo, así más adelante estarás confiado y con más fuerza ante cualquier otra persona, a quienes vos deberías ayudar. Otra cosa muy importante que quisiera compartir, ¡No busques la defensa en las personas! ¡Pedile a Dios fuerzas para remediar tu maldita ira hacia otras personas que nunca se preocupan por nada, jamás por mejorar! ¡Y también pedile a Dios que ayude a esas personas a mejorar, y por supuesto a vos también!. Entonces, en el complejo camino de la vida, no estarás solo, y si sos listo, le pedirás a Dios que agarre el auto y empiece a manejar tu vida, vos irás de copiloto, nunca al revés.  

viernes, 15 de febrero de 2013

Sí Señor, esto me interesa.

Si no entendiste las indirectas ahora van las directas: Te amo, te amo y te amo.
Con esta presentación dejo en claro algo obvio: "Yo te esperaré..."
Pero ahora me quiero meter en el principio de la felicidad, vamos a investigar y charlar sobre los intereses de las personas. Suena raro ¿no?. Pero no lo es, y ahora pasaré a explicar a qué me refiero. En esta ocasión vamos a hacer la entrada tal vez algo más dinámica, voy a explayarme en los temas que me interesan. Supongamos lo siguiente, voy a redactar bajo un punto de vista distinto a las entradas anteriores. Un sacerdote, menciono el sacerdocio para expresarme acerca de alguien que lleva una vida humilde, trabajadora, siempre tratando de mejorarse a sí mismo (Cabe mencionar que esta aclaración no significa nada, no quiere decir que me pliego al sacerdocio ni mucho menos). Pero quiero dejar en claro la vida que lleva este trabajador y oveja de Dios debido al siguiente ejemplo:
El sacerdote ama a sus hermanos y hermanas, les enseña y trata de que sus vidas cambien, sin juzgar (en un principio) ni castigar con palabras, aunque ocultas, la actitud anti-Dios. ¿Qué quiero decir con esto? Trata de ser entendido por sus aprendiendo y es comprensible con ellos. Es cierto, esta es la actitud que debería tomar un ciervo de Dios, pero no es fácil reconocerlo. 
Entonces, yendo al grano digamos: Quien ejerce esta profesión intenta, por cuántos medios pueda y se interesa por la enseñanza del hermano (y acá el verbo que nos interesa, *De nuevo, ¡Mi Dios!, otra vez el verbo*)
El sacerdote o más bien cualquiera que ayude a Dios tiende a llevar a cabo una vida tranquila y oradora, ama a los que ayuda pero siempre trata de llegar a Dios, apunta a otro lado, la vida es una autopista ellos (un lugar donde pasar, pero tal vez dejando una huella) y, de paso, reza por sus amigos, compañeros, hermanos y todos los que le vengan a la cabeza (O eso supongo). Y ahora el interés de alguien bastante distinto al sacerdote u obispo (u otra cosa que se le parezca) es aferrarse a la vida, y gozarla de manera egoísta, sin pensar en los demás. Éste hombre, aunque tan egoísta y malencaminado que sea, no tendría que sufrir las inclemencias del pensar: "Nadie me quiere y no tengo a nadie". Y entonces acá citaremos a San Agustín, mi padre, nuestro padre y maestro, quien pasó alguna vez por estas tentaciones y no las pudo evitar, pero insistió, insistió, y con el rezo de su madre y su incansable voluntad llegó a ser... JA, ¡¡mirá quién llegó a ser!!

jueves, 14 de febrero de 2013

Seamos firmes, coherentes, respetables

Debes detener el tiempo, debes dejar de soñar en esas cosas inexistentes, y nunca ceder al enemigo. Debes entender las palabras de cualquiera que te aconseje o te hable, con la cabeza levantada, escuchándolo. Pero nunca abandones tu opinión respecto a algo por causa de otro, porque éste te humilló o quiere hacerlo. Debemos ser firmes en lo que decimos y coherentes en lo que hacemos. Debemos entender las contrariedades de la vida como un aprendizaje, "Yo aprendí más escuchando que hablando, leyendo que escribiendo", y no como una forma para volverse malo, vengador. Si no para aprender lo que no aprendimos en otra ocasión, porque no ocurrió un desperfecto en nuestros planes. Mirar hacia el futuro es complicado, claramente lo es porque no sabemos qué ocurrirá, pero debemos confiar en Alguien. No sólo en alguien cualquiera que conozcamos de nuestro mundo, sino en Él y sólo nuestro Maestro y Amigo. Pero acuérdate, entrega mucho amor sin esperar por él nada, sino lo que Dios te pueda ofrecer. Porque no buscamos estar cómodos en este mundo, si no tendemos a ver más allá, donde Dios nos espera. A propósito, ya que estoy en el tema voy a recomendar un librito que acabo de leer, por cierto me lo regalaron mis padrinos. El nombre es: "Masculinidad pura, conviértete en el hombre que Dios quiere que seas". Pero hablando del tiempo, debemos tener en cuenta la siguiente frase, que puede cambiar muchas cosas, si la aprovechamos...

Una hora ganada al amanecer es un tesoro por la tarde. "San Juan Bosco"

sábado, 26 de enero de 2013

El perdón

Una noche en su casa se acordó de los recuerdos solitarios de su estadía en Bariloche con sus primas, ahora las extrañaba. En ese momento no sólo las trató mal si no que juró no volver a verlas, según él eran muy burlonas. No importaba que él las haya tratado mal todo el tiempo, que no haya compartido sus cosas, lo único que él veía era una cosa: Son inaguantables, odiosas, molestas y antipáticas. Todo el viaje él había sido irritante y pesado, no contestándoles a sus propias primas, hacíéndose el sordo. Pero este día se había, tal vez, contagiado de un virus de bondad, las extrañaba y las extrañaría. Soñaba despierto, estaba alicaído. El orgullo le impedía ir a verlas, entonces, haciéndo frente a su sentimiento, optó por deshacerce de las fotos que se había sacado con ellas, las quería olvidar, no sufriría más. Cuando se dio cuenta de que ya se había desprendido de todas las fotos que tenía en su casa ya impresas, (las cuales compartió con alguna de sus primas en algún viaje cualesquiera) se acordó de las fotos que había subido a la computadora. Se dirigió allí con la intención de borrarlas, "¡Mis insoportables primas!" pensaba. "No volverán a saber de mí!".
Empezó a borrar todas las fotos que comparían, todas las fotos que él estaba con alguna de sus molestas primas. Borraba todas las fotos que había en un archivo, después en otro y luego en otro, y así sucesivamente. Al terminar se acordó de cómo ese día las extrañó, y volvió a la carga. Le pedía al Señor que le diera fuerzas para vencer el orgullo, las quería volver a ver y perdonarlas. Caminó lentamente a través  de su casa, quería extrañarlas de nuevo, quería querer olvidar el orgullo, nunca haberlo conocido y emprender el viaje, rumbo al perdón. Sintió otra vez nostalgia, cuando vio que no tenía ninguna imagen de elllas, ninguna foto, ¡Ya no había nada en su casa! Se agarró la cabeza y la golpeó contra la pared, igual que un demente cuando se entera de su locura. ¡Estaba desesperado! ¡No vivía con nadie! ¡No tenía familia! ¡Sólo ellas, y las había exterminado! Abrió la puerta de calle y permaneció en el umbral por no más de tres segundos. Se subió a su moto, puso ésta en marcha, estaba en camino al perdón.

sábado, 19 de enero de 2013

El tiempo embarrado

El polvo de mis zapatillas me decían que estaban viejas, gastadas. El polvo de mi billetera mostraba un reluciente estado en desuso, aunque tenía $0 dentro de ella. La suciedad de mi camisa, también un poco desteñida, me hacía volver a recordar cuando la usaba. Esta es la relación que pude encontrar: "El polvo remarca lo que el tiempo avanza". El polvo de mi nostalgia, si cabe mencionarla, desaparece continuamente, dejando una notable limpieza dentro de ella, ya que nunca la dejo sola. El polvo de la avaricia, espero yo, sea mucha mugre junta. El polvo de mi ánimo y sentido del humor no los puedo ver, no los puedo alcanzar. Igualmente para mí es mejor, no están olvidados como muchas otras cosas. Destiño el presente para conventirlo en pasado, los momentos tristes los olvido; los insinuo con desdén cuando el tiempo me los recuerda. El shockeante paso del tiempo, el desafortunado momento en que el tiempo pasa, sin hacer nada, y miro que las horas corren, y yo permanezco con mi vanidad indestructible, la cual me dice que no me mueva, total, tengo tiempo. El tiempo no nace de la espera, nace del olvido. Debemos mirar hacia adelante, y no contentarnos con una buena contestación o una simple sonrisa que me hizo renacer por dos segundos. El tiempo corre, y no podremos frenarlo. Cuando te enteres que tu tiempo se llenó de polvo, no me lo cuentes, ¡Guárdatelo! Porque me desilusionaría pensar que tomaste la decisión incorrecta, que para algunos, mi discurso cayó al río, que mi ingenuidad tropezó. Entonces, si tu tiempo lo has usado de la manera correcta, complácete, porque así habrás descubierto el misterio de la vida. ¡No importa nada más! ¡No importa si esa persona no te admira, no te quiere, o no te glorifica! ¡No importa a qué te dediques! Si eres filósofo, programador, contador, neólogo... Sé tu mismo, usa adecuadamente el tiempo, y alégrate de ello.

martes, 15 de enero de 2013

Sh'oledad

Yo lo podía sentir, mi pensamiento estaba ahí mismo, adelante mío, pero no lo veía, no lo quería ver. La incompetencia me hacía sentir pavor cuando insistieron que conteste lo que habían dicho, aunque no fuera especialmente para mí. Ellos sabían lo que tenía que contestar, me tomarían por orgulloso si no lo decía. Podían contemplar una extrema duda en mi rostro, pero nadie abría la boca, parecían probarme continuamente, dijeron la frase deliberadamente para observar mi reacción. Comencé a transpirar, el odio para con ellos crecía, y lo único que sentía era soledad. Sí!, eso es lo feo de la soledad! estar solo y que nadie te entienda. Mi cerebro fue en pos de una respuesta convencedora, pero no la encontró, la frase ya estaba dicha, yo no tenía que contestar. Pero... ¿Cómo sería mi estadía allí? Es cierto! Tienes razón!, sería nefasta, horrible, intranquilizadora. Y ahora lo veo claramente, la desconfianza que se produciría sería invencible, invariable. Aunque no me lo estén diciendo, aunque no me estén persiguiendo para que suelte algún comentario, aunque la pregunta hacia mí esté tácita, es un momento espantoso. De alguna manera llegué a una conclusión: ¿cambiar de tema?, pero esto no me tranquilizaría: ¿Hacerme el sordo?, tampoco; yo estaba ahí y, era evidente, había escuchado.
Opté por realizar la primera, (A propósito, es un hecho corriente que a mí me pase esto), y el ambiente decayó con un comentario breve pero matador: "¿No vas a decir nada?", dijo una señora adivinando el pensamiento del resto. Excluyéndome, por supuesto, el lugar se llenó de risas incontrolables.

domingo, 13 de enero de 2013

La temible confianza

La respuesta anterior me había resultado equívoca, fue una tenue distorsión a mi inteligencia. El muchacho estaba sentado allí, que por cierto yo aseguraba, era el asesino que nadie quería reconocer. Mi intelecto parecía decaer a causa de mis nervios y el sentido que yo le daba a la investigación era serio, muy serio, tal vez mortífero. Mi respuesta siguiente había sido vana y poco convencional, mas segundos después recordé que yo soy el detective, por ende yo debería hacer las preguntas, no al revés. Mi impaciencia entonces llegó a su límite, era astuto, muy bueno, no se inmutaba con mi temible cara, la cual hacía que la confesión sea inminente. Era simplemente una filosofía de miradas y a pesar de mi talento innato de detective, me ganaba el juego. Me cansé de él y de que crea que no soy un buen chantajista, me levanté rápido de la silla con un movimiento brusco (inmediatamente un ruido fuerte llamó la atención y la silla quedó recostada en el piso de mármol), así demostrando que el lugar de interrogación era ya trivial para mí. Pero en ese momento me acordé del carácter de mi jefe, deseando aún que no se enojara por el estropicio que hice al dejar caer la silla; o que me perdone, acordándose de los años que me tuvo como secuaz. Lastimosamente mi premonición llegó a ser verdadera, mi jefe me retó de forma breve: "¿Qué has hecho?" Me susurró "Me harás perder prestigio", aclaró. Mi concentración seguía atónita en el hombre casi-encarcelado, todavía necesitábamos pruebas, y él estaba muy tranquilo, él sabía todo, había (En mi opinión) hecho desaparecer todas las pruebas posibles.
Deslizaban por mi cabeza palabras para emplear, nombres extraños con cuales chantajearlo, pero mi chantaje nunca había llegado muy lejos, ya que si era así me correspondería estar en la cárcel, y no acá, interrogando
Lamento contarles el final antes de que deba llegar a él, según las líneas que faltan por leer. Pero aquí les dejo mi desenlace bien remarcado. Si bien es cierto, y mi enemigo era ladrón, a mí me esperaban algunos años a la sombra, a mí me tendieron una trampa mediante los testimonios de aquel hombre, y por desgracia yo también tenía que permanecer mudo, sin defenderme, porque (según decían) yo era terriblemente mentiroso, corrupto y chantajista. Mi semblante estaba rojo cuando mi jefe me lo comunicó con una mueca de disgusto, pero yo debía proceder, no me quedaba elección (De cualquier manera era poco tiempo que debía estar bajo rejas). Ahora lector, ¿Está usted sorprendido? ¿Sí? Pues lo entiendo, mi respuesta ha sido muy poco clara (Si es que había más del cero por ciento que se entendía). La cuestión de mi arresto es la siguiente: 
Yo solía chantajear a mis contestando para sacarles información, me divertía haciéndolo y me elogiarían los agentes policiales por haber hecho confesar a la persona (lo hacía diciéndoles que les dejaría menos tiempo encerrados, y que igualmente todos se habrían enterado de su culpabilidad, y gracias a mi tono honesto, cedían sin pensarlo, quiero que quede explícito que lo hacía con métodos ilegítimos); pero mi aventura terminó en aquel miserable día. Habían instalado un reproductor de sonido a pocos metros míos para, como usted entenderá, grabarme. 
No era muy difícil demostrar el chantaje, sólo debían reproducirlo en frente a los policías que me creían inocente y así descubrirme. Oh, sí!, Sí! Así lo hicieron!, y en breve me coloqué por primera vez la vestimenta de presidiario sin poder probar mi inocencia.

Ahora, acompañado de mis más terribles sollozos, me gustaría averiguar una pregunta crucial... 
¿La confianza es justa?

jueves, 10 de enero de 2013

Reencuentro inesperado

Ese pensamiento monótono que ella tenía al ver las estrofas de sus propias canciones, ese pensamiento (en su opinión) inaudito. Y se preguntaba cómo no se cansaba de escribir canciones y publicarlas en esa página, en la cual diez de cada treinta de éstas serían públicas próximamente. Era un día agobiante, propio para no escribir nada, le dolía la cabeza: "Los días con mucha humedad, me rehúso a escribir. Me siento mal, me siento cansada" - como ella decía una y otra vez cuando ese día parecía inminente. Estaba meditando por supuesto dentro de su inmensa soledad interminable. Estaba tendida en la cama muy cansada, pensando en sus posibles ganancias si llegase a publicar tal o cual canción. Entonces escuchó un fuerte golpe, seguido de otro, otro y otro. Se estremeció por aquel ruido imborrable, "si es ruido de la puerta..." - pensaba - "Hace mucho no escucho un ruido tal, ¿qué podrá ser?" - se quedó cinco segundos intacta, sin apenas girar el cuello. "A nadie le importa saber de mí, ¿Quién sera?". Al fin la dama le ganó a su inmovilidad y se puso de pie temblando, y empezó a caminar hacia la puerta pensando que en el trayecto se le ocurriría alguna excusa para no abrir. Avanzando como tortuga se le ocurrió mirar sus paredes, ¿Tendrá alguna foto en la pared de alguna amiga, algún familiar, algún conocido que haya querido antes de embriagarse en su hostil soledad? Recorrió con la mirada toda su sala de trabajo, que por cierto era la más grande de la casa. "No lo puedo creer, lo único que tengo son letras de canciones, esas canciones que me dieron mucho dinero. ¿De que color es la pared? ¿Blanca?. Desafortunadamente no me acuerdo, lo único que hay son papeles de canciones pegados con cinta adhesiva"
Se había percatado de su terrible soledad, y de su agónico sentimiento. Ahora empezaría a extrañar a quiénes le habían enseñado algo de la vida, a quiénes estuvieron con ella antes de ignorarlos.
Se dirigió a la puerta ahora de forma rápida, sin pensarlo mucho, la abrió, quería ver a alguien, quería encontrar a algún conocido. Cuando la puerta fue abierta se reencontraron, y lloraron de dolor los dos, y como por instinto se abrazaron...

La alegórica esperanza, perdura

Había algo extraño en ese lugar, era una casa abandonada, un espacio inhóspito para refugiarse allí mientras lloviera. Pero además de feo, sucio, vuelvo a repetir, era estrafalario, tétrico, disgustante. Era de esperar que cuando terminara de llover volaríamos (en sentido figurado) a nuestra cabaña, que por supuesto estaría muy lejos de allí (Nótese que por esa razón acordamos "guarecernos" dentro de esta pocilga). La casa abandonada se caía abajo, el piso crujía como protestando que nuestro peso haga fuerza contra él. ¿Ventanas? ¿No había? Es cierto, no había, también escaseaban las ventanas. Entonces te imaginarás que este suceso despertó mi desesperación, y mi mal carácter (Cuando antes, cuando estaba invadido de vanidad, mi desesperación no llegaba a formarse, y con esto les mostraba lo valiente que era caminando a paso de tortuga bajo una lluvia torrencial)
Por cierto, mis esperanzas de llegar rápido a la cabaña y terminar de una buena vez con el hambre decayeron como piedras cayendo por un precipicio, cuando escuché que deseaban instalarse en esa casucha.
En ese momento me acordé lo que sufrían mis sobrinos todos los veranos cuando salían de vacaciones, y recorrían, haciendo caso a las protestas de mi hermana, toda la "selva" bajo la lluvia.
Me acordaba de ellos y los recordaba con melancolía, ellos habían muerto, bajo la lluvia, congelados, habiéndose perdido meses antes en la selva en busca de comida. Nunca había llegado a tal punto de perdón y de arrepentimiento, nunca mis sobrinos me habían importado nada, pero ahora los extrañaba como si ellos alguna vez fueron todo para mí. Me agarré la cabeza con las dos manos y la golpeé bruscamente contra un banco de madera situado cerca de la pared, estaba avergonzado de mí mismo.

Esto fue lo más importante de mi vida, que me hizo cambiar como persona y pasar más tiempo con la gente que de veras me preocupa. Así que, mi sufrimiento como persona sirve para por lo menos una cosa, dejarles la siguiente moraleja:

En los lugares más extraños, cuando antes pasamos discordias y peleas para llegar allí, donde lo único era pensar en volver al hogar, en este momento más cruel, cuando menos esperamos tener recuerdos emocionantes, aquí y ahora podremos revivir por dentro, liberarnos de lo que nos encadena, tenemos lo que más queremos, a nuestros seres queridos, quienes estarán en nuestra futura vida (desde el amanecer hasta el anochecer, cuando moriremos). Nunca había imaginado que en ese instante, resucitaría...

lunes, 7 de enero de 2013

Réquiem para la avaricia

Echó una última mirada a sus tazas, reliquias de oro y piedras preciosas. "Nunca fui tan desafortunado" Se decía para sí, pensando que nunca olvidaría ese dinero en piedras y objetos. Se destinaba a salir de su escondrijo, el cual lo había secuestrado por más de 20 años, el oro, el dinero. Llorando salió del lugar maldiciendo a su familia, quien lo había convencido de dejar "todo" e irse a vivir a otro país (Donde, como decían sus familiares, no iba a tener dificultades para controlar la avaricia, no porque fuera pobre el país, si no porque se separaría de todo eso y al fin lo olvidaría).
Estaba lleno de furia y sufría porque pensaba que lo extrañaría a tal punto que tendría que volver.
Le faltaba nada más media hora para despedirse de todos esos objetos tan valiosos y llevar una vida feliz. Pateó con fuerza nada menos que una silla de oro macizo y cuando ésta rodó por el suelo se acordó, viéndola ahora, de la estatuilla de un revólver que pesaba 80 libras esterlinas.
Trataba y trataba en vano de olvidar, ¡Sí! de olvidar toda la mercancía y el dinero que había en ese palacio, donde por cierto vivía él sólo; ya que él mismo había defenestrado meses antes a sus secuaces y sirvientes.
Desafortunadamente, después de pensar mucho tiempo qué hacer, terminó por abandonar la misión de olvidar, y de esperar a vivir una vida feliz.
Cuando abandonó el edificio se dirigió con su avioneta al medio del desierto, donde horas después lo encontrarían muerto, ahogado en un pozo, y en su mano abierta se podía apreciar una pequeña estatua.

La muerte nos enceguece

"Por supuesto, a cada persona le debería dejar una marca, tener un recuerdo de por vida de las personas que fallecieron frente a él, y más aún si son conocidos. Siempre que, obviamente, la persona nostálgica no sea del todo insensible" Jorge Luis Borges.


Sí!, es cierto!. Estas palabras las pronunció Borges en una de sus entrevistas, ¿Tiene razón? ¿Por qué no? 
No se por qué todos le tenemos tanta fobia a la muerte, tanto miedo y desasosiego. Si en definitiva todo objeto, persona, ser vivo se deteriorará y morirá, dejará de funcionar. Y es lógico! Nada es inmune a este mundo, nadie ni nada es inmortal.
Obviamente, ¡Sí!, desde mi punto de vista la muerte es algo a qué tememos porque nunca sabemos... 
Nunca podemos enterarnos si la muerte nos va a abrazar en 10 segundos, 10 días o 10 años.
Por otra parte, en mi opinión, nadie está dispuesto a que su corazón cese, a no ser que esté muy "depre" o cansado de sufrir. 
Y si hablamos del suicidio ya nos veremos envueltos en la parte psicológica de la persona, en este momento el amor de la persona por la vida tiende a ser el 0%. (Por cierto esto es una hostilidad contra la Iglesia Católica y, como católico, mi deber es deleitar el sentido de la vida a aquellos que quieren terminar con ésta por sus propios medios)
De hecho voy a volver a hablar del tema anterior aunque ya no tenga mucho que decir, principalmente el objeto de esta entrada es expresar mi conmoción sobre este tema delicado.
Es probable que en esta entrada los haya dejado desilusionados, y que pienses que no aporté nada, "me interesó el título y quería ver de qué se trataba, pero realmente no me cambió en mucho"
Muchas veces suelo pensar, ¿Para qué subo algunas entradas? (Las cuales no dejan ninguna enseñanza o por lo menos deja pensativos a la gente, o que por lo menos los entretenga) Pero al instante me acuerdo que este blog está hecho para los que quieran leerme y me complazco de ello.
Bueno, ya escribí mucha pausa, ahora retornemos (Si es la palabra indicada) al tema capital.

Muerte: Extinción de la vida. 

Es muy probable que en algunos de los diccionarios que guardas en tu casa sin prestarle mucha atención obtuvieras una respuesta similar; ya que esta definición la encontré buscando en el diccionario WordReference en Internet (El cual, intuiría, es el mejor de los que puedas encontrar en el Browser)

Lastimosamente estoy patinando mucho por las ramas, sin llegar a lo que realmente interesa. ¿Será porque no sé qué escribir?

Sí, es muy probable que sea por eso y en esta entrada los dejaré desilusionados.

¿Por qué cuando fallece algún familiar o amigo querido lloramos, gritamos, "envenenamos" nuestras mentes?
Es una buena pregunta, aunque obvia.
Lo extrañaremos y no aguantaremos estar sin él/ella. Igualmente, si nuestra creencia católica nos apoya debemos entender la muerte de esta persona y saber que estará mejor en otro lugar, y que no sufre más.
Desafortunadamente muchos, espero con ansias que no me pase, criticamos, lloramos y maldecimos a Nuestro Salvador cuando no se hizo lo que queríamos. Pero realmente este hecho habrá ocurrido por algo y no nos debemos preocupar, porque creemos y defendemos a Dios, incluso en nuestra terrible agonía (Cuando no pensamos si no en parar de sufrir).

¿En verdad soy reacio a no conmoverme con la muerte ya que solamente es el paso a otra vida?

A esta pregunta contesto: 
NO, NO, y NO. Si bien me encantaría, soy inmune a las manos furiosas de mi debilidad, y no soporto parar de existir, y menos a tan corta edad.

jueves, 3 de enero de 2013

El día del baile

Habíamos bailado toda la tarde, similar a la danza del día anterior pero con un mejor tono y más temprano. Hasta los tres primeros bailes todo salía de perillas, la dama que había encontrado en aquel lugar me daba fuerzas para mover las piernas y no cesar. Simplemente había encontrado la clave, o eso era lo que yo creía. Pero mi dolor del día anterior empezó a reaparecer cuando empecé el cuarto baile, y no sólo a reaparecer, sino a apoderarse de mí terriblemente. Un golpe de tobillo contra el suelo hizo que éste se doblara y me haga perder el equilibrio. No me abstuve de seguir porque estaba totalmente invadido por el orgullo y el pudor. Esto delataba en mí un tropiezo inminente.
Así fue mi herida, la cual detonó mi derrota y se hizo visible en los siguientes bailes.


Este cruel hermetismo encierra una lógica, que tal vez sólo yo entienda; pero estas breves líneas están escritas sólo para mí, y quién me conoce.

miércoles, 26 de diciembre de 2012

La Navidad

La navidad es el sentido más humilde de la conversión, pues es así como la gente se nutre de fuerza y esperanzas ayudando, amando, perdonando, sin esperar que el otro haga lo mismo. 

El perdón surge de un alma fuerte y preparada que fue activada con el nacimiento de Jesús

La navidad es el paso que nosotros mismos no entendemos si festejamos sin festejar, como si ésta fuese una fiesta más y NO el nacimiento del Señor

La responsabilidad es una, y se hace visible con los gestos de gracias y amor que realizamos en este día y por supuesto más adelante creciendo como persona

Dormiremos tranquilos sabiendo que Dios existe y que alguien nos salvará, cuando nos creamos solos y ávidos porque nuestros pecados sean perdonados, es importante recordar que Nuestro Padre está siempre con nosotros

Allá en la lejanía, escucho una tentación diabólica, que por unos instantes me llenará de "felicidad". Dios está a mis espaldas, lamentablemente no lo quiero ver. Me voltearía, acordándome de las palabras del cura ayer, ¡pero no! No lo veo, y me sumerjo en pensamientos incorrectos que me hacen tropezar una y otra vez

¡FELIZ NAVIDAD! NO OLVIDEN DE TENER EL ANHELO DE LLEGAR A DIOS Y AMARLO

  

lunes, 3 de diciembre de 2012

Amortiguándome

Cuando me enojo conmigo mismo rápido pierdo sentido, parece más efectivo entrar en el error y analizarlo, suponiendo que era difícil y a cualquiera le podía pasar. Defenestro a mi pena anterior cuando me pongo a analizarme, y "resufro" el ERROR previo cuando me enojo otra, otra y otra vez
Cambiaría mis sentimientos, mi manera de pensar y así mi dialecto. Encontraría una respuesta, modesta pero de alto grado, densa pero a la vez calmada; que pueda explicarme por supuesto si izquierda o derecha es el camino.
Me caigo en un pozo hondo, lleno de agua y seco mas confiando en mi mismo puedo hallar la manera de salir, siempre tranquilo con tantas esperanzas de salir que no se me nublan los sentidos.

Entonces, ese momento es cuando encuentro a mi YO temeroso decepcionado porque mi otro YO lo venció

martes, 27 de noviembre de 2012

Mentiras, ¿serán ciertas?

Igual yo sabía que había fallecido pero no me lo quería admitir a mi mismo. Y qué gran problema fue, para mi, deformar esta realidad a tal punto que hasta yo mismo me lo creía posible. Jamás descansé debido a esta gran mentira, que la fortalecí tanto que, hasta yo mismo, valga la redundancia, no podía entender cómo esto era incierto.
Tomé las riendas del asunto aquel día que mi tío hizo una breve visita por mi casa, me auto-convencí de que lo había visto muerto, como así era en un principio, o por lo menos lo decía en público. No es mi tío el supuesto fallecido, pues no lo habría matado si, en un futuro, lo mencionaría en este relato.
La amistad con él era soberbia, pero faltaba algo, siempre venía con una cara de frustración y decaimiento. Tal vez era así para con todos, sentía que si me exiliaba de la ciudad no me extrañaría, aún cuando siempre me mostró actos de altruismo y sin embargo, no lo mencioné, creo que no lo hice nada más que por pudor. Su semblante era mudo, ciego, sordo, pero nunca entendí que quería decir con esa cara ni si después de 5 años, obviamente extrañando a su difunta esposa, no lo hubiese superado.
Llegué a desencadenar el problema del asunto cuando le explique el motivo de todas mis mentiras, "El espectro de mi hermano lo había asesinado aquel día y yo, como un imbécil, lo cubrí todos estos días"
Mi dilema entonces, era si estaba vivo o no, ¿Si el espectro de mi hermano lo había matado? o no, ya que yo no creía en espíritus, mas desde aquel día empecé a creer tan rápido como si un avión se midiera con un auto en una carrera donde éste último no tenía ni mínima ventaja y el avión estuviera en perfectas condiciones. Pero después de un tiempo estas creencias descendieron de velocidad, cuando para ese entonces ya había llenado a media de mi familia de mentiras. Este fue el gran conflicto, ¿Quién lo habría matado? ¿Estaremos todos en un mismo mundo? las preguntas me surgían repentinamente. ¡Mi tío! Ay, casi me olvidaba de él, ¡sí! tiene mucha importancia para mí en este relato, él fue quien me logró convencer, tácitamente, de que todo las "mentiras" creadas por mi, eran verdaderas.

domingo, 25 de noviembre de 2012

De noche, mejor

Eran las 23:00; Hugo llevaba, como de costumbre, el camión lleno de mercadería de regreso a su trabajo (Obviamente porque a esa hora cierra el negocio), se para frente a un semáforo en un barrio lúgubre, lleno de caras desconocidas, borrachos, delincuentes y empieza a notar un leve pero rápido cambio en el medio ambiente, parecía que había más luz, se estaba aclareciendo el lugar. Miedoso como siempre no se animaba a bajar, para su estatura de casi un metro-noventa y su aspecto corpulento era difícil ser cobarde. Al fin baja, lleno de "enanos" que lo miran extrañados por su cara de sorpresa, al parecer se hacía de día muy, muy rápido, como si las Medias horas pasasen cada 4 segundos, echa un vistazo al cielo, retrocede tres o cuatro pasos, estaba estupefacto. Ya habiéndolo hecho hace 10 segundos y sin ningún resultado favorable, vuelve a mirar alrededor para ver si la gente estaba, efectivamente, sorprendida. La gente lo miraba extrañadísima, como si esto fuera lo más normal del mundo. Abre la puerta del camión y vuelve a entrar, estaba dispuesto a fijarse la hora, ¿Serían las 6 de la mañana? No, no puede ser - pensaba. Eran las 23:14 ¿Qué pasa aquí? - se seguía preguntando para sí todas las veces que fuese necesario para darse cuenta por si mismo. Atina a agarrar el celular y llamar a la esposa, contarle lo que estaba sucediendo, estaba super-asustado. Ya el sol pegaba fuerte, como si fueran las 2 o 3 de la tarde. Cuando al fin atendieron del otro lado de la línea, por un segundo Hugo se tranquilizó; pero cuando escuchó lo siguiente se desesperó: "Lo siento Hugui, no tenés esperanzas" - era la mismísima voz de su esposa, la había llegado a reconocer, con una voz llorosa la esposa le había comunicado estas 6 palabras; después de esto se cortó. A Hugo le tembló todo el cuerpo, se quedó congelado, pensó en dejar abierta la puerta, ya ni se asustaba de los ladrones. Obviamente estaba extrañado por lo que estaba pasando, el pensar que todo era incoherente lo lastimaba cada vez más, no entendía nada, iría ya mismo a su casa pero el jefe no lo perdonaría. Solamente, ya que tenía tiempo, se podía retrasar 5 minutos, que por cierto ya los había usado parando en este lugar. Era todo rarísimo, o por lo menos lo que le estaba pasando a él.  Esto era lo que llegaba a sospechar de vez en cuando cuando veía que la gente no se inmutaba. Estaba muy cansado y podía estar enfermo, tal vez afuera del camión no había nadie y todas eran ilusiones de él. No! tampoco estaba soñando, y se llegó a convencer de esto porque en sus sueños no hay celulares. No encontraba otra razón pero deseaba que todo fuese normal.

viernes, 23 de noviembre de 2012

Sólo un simple agujero

¡Sólo un simple agujero! ¿Por qué todos tenemos esa misma y rara idea de asomarnos? ¿Acaso jamás hemos visto algo similar? ¿Vamos a encontrar oro, extraterrestres? Si vemos que todos se asoman y sacan la cabeza en menos de un segundo, ¿Por qué hacerlo nosotros también? ¿No tenemos nada mejor que hacer? Nos sacudiríamos en una idea abstracta, sin sentido, que por las historias estremecedoras de algunos grandes escritores solemos tenerlas, acercarnos al agujero, “espiar” y sacar la cabeza… ¿Todos hacemos lo que hacen alrededor? ¿Es cierto eso? ¿Entonces somos tontos? ¡Claro, no somos inteligentes! ¿No es verdad lo que digo? ¿Por qué cada uno se comporta como lo hacen los demás y NO como le parece a él?

Lo hacemos por una única y muy simple razón, somos seres humanos, ¡No queremos que nos difamen por ser extraños! ¡preferimos ser iguales! ¿absurdo no? Bueno, esta es la mentalidad del ser humano, esta es NUESTRA mentalidad...

¿Qué nos pasa? ¿Deseamos vernos iguales al otro que diferente? ¿preferimos ser la sombra de una persona que ser uno mismo?

OJO, hay personas que siempre te van a guiar, y ellos son tu ejemplo...
Pero... ¿Hay que imitarlos?

Somos menos de una gota de agua en el mundo... pero... ¡SEAMOS DIFERENTES!, no Robots sistematizados, que sólo se guían por cómo se los fue programado